El avión solar Airbus A340 que ha despegado esta mañana de Dübendorf en Suiza. /Solar Impulse

Por Eva San Martín

esanmartin@ambientum.com

El futuro ha llegado esta mañana. Esa sensación se repetía entre los miles de ciudadanos que esta mañana han podido ver en la base de Dübendorf en Suiza, al primer avión propulsado exclusivamente por energía solar. La aeronave Airbus A340 ha sido bautizada como Solar Impulse HB-SIA. Aunque otras aeronaves han conseguido volar de día con energía fotovoltaica, la particilaridad del Solar Impulse es que "también podrá hacerlo de noche".

Mientras que en Dübendorf aparecía el Airbus solar, miles de espectadores lo contemplaban atónitos desde sus casas y lugares de trabajo, gracias a la tecnología de Internet, a través de las pantallas digitales de sus ordenadores la aparición de este gigante de la aviación, con 63,40 metros, creado por un equipo de ingenieros capitaneado por Bertrand Piccard, André Borschberg, dotado como único combustible de las placas fotovoltaicas incrustadas.

"Unas baterías de polímero de litio, y unas 12.000 células fotovoltaicas colacadas en el ala y en el estabilizador horizontal permiten volar durante más de 36 horas al aparato", explicó a este diario Enrique Guinaldo, ingeniero de Altran, que ha participado en la creación del aparato, por teléfono desde Dübendorf.  "¿Si puedes volar 36 horas, quién te impide volar todas las que quieres?", exclama Guinaldo.

Aunque el avión no ha despegado, el objetivo del equipo es que pueda levantar vuelo en 2011. Tecnología solar

Con un motor que apenas pesa 1,6 kilos, son las células solares colocadas en la superficie del aparato las que acumulan la energía fotovoltaica necesaria para mover el aparato.

Las células almacenan la energía del sol, durante el día, que se distribuye por los cuatro motores del aparato. "El resto de la energía va hacia las baterías que harán mover el avión por la noche", explica Guinaldo.

El proyecto de construcción del avión Solar Impulse HB-SIA  se ha prolongado durante cinco años de trabajo de un completo equipo de ingenieros capitaneado por  Piccard y Borschberg y apoyado por Altran.

Lejos de la versión comercial

El avión, que aún no tiene versión comercial conocida, se mueve “únicamente” con la energía solar que capta, “sin otro combustible ni poluciones contaminantes”, explican sus creadores.

Conseguir la versión que pueda transportar de forma regular a viajeros de un lado al otro del mundo "está bastante complicado", admite Guinaldo, que sin embargo no lo descarta "a lo mejor dentro de 20 o 30 años”, con la inversión suficiente. "Si el hombre ha llegado a la luna, quién nos impide pensar que nos podremos mover por el cielo con energía solar?".



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