Reglamento sobre la Deforestación (EUDR): claves, retos y cumplimiento en España

La implementación del Reglamento sobre la Deforestación de la Unión Europea (EUDR) se ha erigido como uno de los ejes centrales del debate ambiental en la actual legislatura europea. Esta trascendental normativa, diseñada para frenar la deforestación global asociada a la importación de productos, ha generado una intensa discusión entre los estados miembros. Para desentrañar las claves de su tramitación y las implicaciones que conlleva. ¿Cuáles son los aspectos más relevantes de este complejo entramado regulatorio?

El propósito fundamental del EUDR radica en la voluntad de la Unión Europea de regular la entrada de determinadas materias primas y productos a su mercado. Entre estos se incluyen la madera, la soja, el aceite de palma y el vacuno, cuya producción a menudo está ligada a una deforestación masiva, especialmente en regiones del sur de América y Asia. Sin embargo, la normativa no se limita a los bienes importados; también afectará a los productos generados dentro de las propias fronteras europeas, una medida indispensable para evitar un «problema de competencia desleal». 

Explotaciones sostenibles

El objetivo último es garantizar que estas materias primas provengan de explotaciones sostenibles y no de terrenos que hayan sido deforestados ilegalmente o de forma insostenible. El camino hacia su aprobación definitiva ha desvelado una división palpable entre los países europeos: mientras algunos respaldan el reglamento en su forma actual, otros buscan suavizar sus condiciones, aduciendo el impacto en sus industrias locales.

La urgencia de esta regulación se sustenta en la alarmante magnitud de la deforestación a nivel mundial. La protección de los bosques se considera un pilar fundamental en la lucha global contra el cambio climático. A pesar de ello, el planeta sigue perdiendo una superficie equivalente a diez millones de hectáreas de bosques anualmente. Un ejemplo reciente de esta devastación es la información oficial de Brasil, que certifica la pérdida de 960 kilómetros cuadrados de selva amazónica. Aunque la Amazonía venía mostrando una progresión relativamente buena en la reducción de la deforestación, el dato facilitado por el gobierno de Lula da Silva es «el peor desde que se empezó a hacer el seguimiento en el 2016».

Mitigar riesgos

Uno de los pilares del EUDR es el concepto de «diligencia debida». Este mecanismo exige a las empresas recopilar y analizar una serie de datos esenciales, incluyendo la geolocalización precisa de la materia prima. El objetivo es poder mitigar riesgos, detectar oportunidades y, en última instancia, tomar decisiones informadas. Conviene recordar que los bosques no están vacíos: allí viven poblaciones indígenas que en muchos casos sufren el avance de esa deforestación. La Comisión Europea ha propuesto una clasificación de países en tres categorías, desde aquellos considerados más fiables, que solo requerirán certificar el origen real de sus productos y garantizar la cadena de suministro, hasta los que, por su historial de multas internacionales, necesitarán evaluaciones de riesgo exhaustivas y la implementación de medidas concretas para reducirlos.

El camino para la entrada en vigor del reglamento ha sido más tortuoso de lo esperado. Fue aprobado en 2023, contando entonces con un histórico apoyo de todos los partidos del Parlamento Europeo y por el Consejo. Sin embargo, las elecciones europeas de 2024 y los consiguientes cambios en la composición de las instituciones han modificado las exigencias de algunos partidos políticos, generando posibles retrasos. Si no hay nuevas demoras, se prevé que el reglamento sea exigible a partir del 30 de diciembre de 2025 para medianas y grandes empresas, y desde el 30 de junio de 2026 para micro y pequeñas empresas.

En España

En cuanto a cómo afecta el EUDR a España, de los productos implicados, el país importa fundamentalmente soja, destinada en gran medida a la elaboración de piensos para la alimentación animal, en particular del sector porcino. El aceite de palma es otro producto relevante en las importaciones españolas, utilizado principalmente en la industria de los biocombustibles. En el lado de las exportaciones, las empresas españolas más afectadas serán las dedicadas a la carne de vacuno y a la madera. 

En este sentido, el Consejo de Ministros ha dado luz verde esta misma semana a la tramitación de un anteproyecto de ley que garantizará la comercialización de productos libres de deforestación. Esta futura ley servirá para asegurar el cumplimiento del EUDR y, entre otras medidas, contempla la creación de la Oficina de Lucha contra la Deforestación asociada al Comercio, que operará bajo el control de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, demostrando el compromiso de España con la implementación efectiva de esta crucial normativa ambiental.

 

Redacción Ambientum



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