La degradación ambiental y la contaminación causan cada año hasta 200 veces más muertes que las guerras. Ésta es la realidad que se extrae de Medio ambiente sano, gente sana, un informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y que pone el foco de alarma en los peligros de la contaminación del aire o el cambio climático.

Para ayudar a paliar los efectos de dichos fenómenos, se han puesto en marcha planes a gran escala, como la Agenda 2030, una hoja de ruta con los objetivos que debe cumplir la comunidad internacional.

Si bien, desde la acción individual también es posible colaborar con tal propósito, ya sea con detalles como el reciclaje. Reciclar es parte de la base de la economía circular, esto es, el modelo que aboga por comenzar a introducir valores como éste en detrimento del patrón actual, basado en una producción que pone contra las cuerdas los límites del planeta.

Pequeños gestos

Un pequeño gesto, como introducir una botella de vidrio en el contenedor verde, inicia todo un ciclo de ahorro: «Se contribuye a reducir emisiones de CO2 y evitar la extracción de materias primas de la naturaleza, así como a ahorrar energía en la fabricación de nuevos envases», explica José Manuel Núñez-Lagos, director general de Ecovidrio, la organización que se encarga de la gestión del sistema de reciclaje de residuos de envases de vidrio desde 1998, en España.

Así, por ejemplo, reciclar tres botellas de vidrio ahorra energía suficiente como para mantener una bombilla de bajo consumo encendida durante ocho días, dos ciclos de un lavavajillas A+++, lavar tres veces toda la ropa de una familia de cuatro miembros, cargar 318 veces la batería de un teléfono móvil o usar una televisión, también A+++, durante dos días.

En España no sólo se han procesado tres botellas de vidrio, sino que cada ciudadano recicló, aproximadamente, 64 envases, lo que se traduce en 789.235 toneladas.

Esto coloca al país en una posición, respecto al vidrio, bastante privilegiada, ya que su tasa de reciclaje alcanzó en 2017 el 73%, según datos de Ecovidrio. En cifras del Ministerio de Agricultura, pesca y alimentación (MAPAMA) está en el 70,4% (2015).

Si una minúscula acción, como reciclar tres botellas, tiene consecuencias notorias, toda la actuación ciudadana se traduce en algo tan grande como: paliar el efecto de 134.000 coches al año, ahorrar el equivalente al consumo eléctrico doméstico de la ciudad de Madrid durante cinco meses o evitar la extracción de 983.745 toneladas de materias primas de la naturaleza, un tamaño similar a casi tres veces el peso del Empire State Building.

Ahorro a gran escala

«Durante los últimos 20 años, el compromiso de la sociedad española con el reciclaje de vidrio ha sido encomiable»,expresa emocionado Núñez-Lagos, aunque matiza: «Reciclamos muchos vidrio, y lo hacemos bien, pero no podemos detenernos. Tenemos que aspirar al 100%».

Para alcanzar tal cifra, la organización lleva años perfeccionando su método de trabajo, basado en un sistema de responsabilidad ampliada del productor. En él son los productores de bebidas los encargados de que los envases se reciclen y traten adecuadamente.

Esto es lo que da lugar al famoso punto verde, el pequeño símbolo que se incluye en las etiquetas de los productos y que indica que esa marca cumple con la legislación y financia el reciclaje de los envases.

No obstante, no se puede olvidar una parte fundamental del sistema: «Sabemos que los ciudadanos son los protagonistas, por eso ya contamos con más de 218.000 contenedores verdes por todo el territorio», apunta el director, que además explica que desde la entidad destinan grandes esfuerzos a campañas de sensibilización social, para que todo ciudadano sea consciente de que cada gesto cuenta.

Fuente: EL MUNDO / MARÍA P. BONMATÍ,



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