Cuando se cumple un año de la entrada en vigor del Real Decreto sobre el consumo de bolsas de plástico que obliga a todos los comercios a cobrar por ellas, todavía son demasiados los que siguen usándolas aunque sea pagando.

Llegados a éste punto, algunas organizaciones ecologistas plantean dar un paso más allá y prohibirlas directamente. Una medida drástica que algunos países de nuestro entorno ya han empezado a planificar en su agenda y que éste lunes entraba en vigor en Nueva Zelanda.

Allí ha quedado prohibido por ley dar bolsas de plástico a los clientes, ni pagando. Los comercios que se salten la normativa serán multados con 60.000 euros. Claro que, según un informe sobre hábitos de consumo realizado por el propio gobierno, eso no va a ser necesario pues más del 90% de los neozelandeses va a comprar ya con la bolsa puesta.

Otras voces exigen que sean los propios establecimientos los que tomen medidas propias y dejen de poner a disposición de los clientes bolsas de plástico de usar y tirar: pero en todas las secciones.

Y es que las cadenas de supermercados que están anunciando la eliminación de las bolsas de plástico en la línea de cajas como medida de responsabilidad permiten (porque lo permite la ley) su uso indiscriminado en la sección de frutas y verduras. Entonces, de qué estamos hablando: ¿de compromiso ambiental o de cumplimiento legal?

Bolsas de plástico

El principal problema de las bolsas de plástico está en su uso antes que en el material en sí, pues tienen una vida útil de apenas unos minutos pero una vez desechadas y convertidas su residuo permanecen durante años en el medio natural.

Una vez abandonadas y convertidas en basuralezagenerando un impacto especialmente grave en la biodiversidad marina, integrándose en la cadena trófica hasta llegar a nuestro propio organismo.

Porque lo más escalofriante es que al final quienes acaban comiéndose el problema de las bolsas de plástico somos nosotros mismos: literalmente.

Por todo ello, mientras empresas y administraciones toman medidas más firmes y dejan de traspasarnos el problema a los consumidores, podemos adoptar algunos hábitos para contribuir a paliarlo, por un sentido de responsabilidad ambiental y de defensa propia.

Échate una bolsa en el bolso

Las hay de todas las medidas, tejidos y diseños. Se pliegan hasta ocupar el mínimo espacio en el bolso, la mochila o la cartera de trabajo y siempre podremos echar mano de ellas para esa compra imprevista.

El versátil carrito de la compra

Vuelven a aflorar por mercados y comercios. Son los clásicos y versátiles carritos de la compra: desde los más funcionales a los más fashion. Además una vez en casa pueden hacer de alacena portátil, conservando los imperecederos durante días.

Frutas y verduras directamente al capazo

Si vas a comprar frutas y verduras llévate una cesta o un capazo y evitarás las inagotables bolsas de pesarlas que siguen distribuyéndose gratuitamente y sin restricción alguna.

La compra del ‘hiper’ mejor en cajas

Si tienes previsto ir al hipermercado en coche puedes colocar unas cajas en el maletero, son lo más práctico para llevar la compra ordenada y protegida.

Nunca la abandones

Y en todo caso, tanto si te has visto obligado a pedirla o alguien la ha puesto en tus manos, no te deshagas de ella: reutilízala. Guárdala para la próxima vez que necesites una, incluso úsala como bolsa de basura para echar los envases que van al contenedor amarillo (por cierto: no la ates al depositarla en su interior).

Fuente: JOSÉ LUIS GALLEGO / LA VANGUARDIA,

Artículo de referencia: https://www.lavanguardia.com/natural/ecogallego/20190703/463238527421/medidas-y-habitos-para-evitar-las-bolsas-de-plastico.html,



0 0 votes
Valoración
Suscribir
Notificar de
guest

0 Comentarios
Inline Feedbacks
View all comments