Entre los querellantes está Ruiko Muto, que lidera el grupo de 14.000 damnificados que ya ha denunciado a TEPCO, sus ejecutivos y a las autoridades japonesas por su responsabilidad en el accidente nuclear, según la agencia de noticias Kiodo.

El pasado 8 de agosto, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón reveló que diariamente se vierten al subsuelo 1.000 toneladas de agua desde la central nuclear, de las cuales unas 300 contienen sustancias altamente radiactivas que llegan al Pacífico.

Con el fin de frenar las fugas, TEPCO inyectó un cóctel de agentes químicos para endurecer el subsuelo y crear un muro subterráneo alrededor de los reactores nucleares uno y dos e instaló una red de tuberías para extraer las toneladas de agua radiactiva acumuladas.

El pasado 16 de agosto, la compañía eléctrica comenzó a bombear el agua radiactiva desde el subsuelo hasta la superficie, a un ritmo de 60 toneladas diarias, para almacenarla en los tanques que ha construido alrededor de la central nuclear.

Sin embargo, los trabajos para la construcción de un muro subterráneo alrededor de los reactores tres y cuatro todavía están marcha, por lo que se calcula que diariamente siguen liberando unas 35 toneladas de agua radiactiva.

En las últimas semanas, TEPCO ha informado de varias fugas de agua radiactiva, de hasta 300 toneladas diarias, desde uno de los tanques del reactor cuatro y ha alertado de que es muy probable que el vertido contaminante haya llegado al Pacífico.

Además, ha revelado que no detectó antes las fugas de agua radiactiva porque los tanques no tienen contadores y el único medio de control eran patrullas rutinarias, por lo que hasta que no se han formado charcos superficiales no han saltado las alarmas.

Advertencia de las autoridades

En este contexto, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, ordenó al Ministerio de Economía, Comercio e Industria que se implique directamente en la solución al problema de los vertidos radiactivos y no descartó la utilización de fondos públicos.

Este martes, el Gobierno ha hecho público un plan valorado en 21.000 millones de yenes (160 millones de euros), que saldrán de los fondos reservados, que recupera la vieja idea de congelar el suelo alrededor de los cuatro reactores dañados de Fukushima-1.

El plan gubernamental también contempla la descontaminación del agua, aunque de momento se desconocen los detalles. Hasta ahora, las autoridades japonesas se han servido de maquinaria francesa para limpiar los líquidos radiactivos.

Además, la Autoridad Reguladora de la Energía Nuclear (NRA) de Japón ha decidido elevar del uno, que indica una "anomalía", al tres, que indica un "grave incidente", el nivel de alerta por las fugas de agua radiactiva desde Fukushima-1.

La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), por su parte, ha expresado su preocupación por las fugas de agua radiactiva desde Fukushima-1 y ha ofrecido al Gobierno de Japón su ayuda para resolver este problema.



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