“Tenemos que trabajar un mundo en el que la degradación del suelo sea neutralizada, marcando como objetivo una degradación neta igual a cero. La principal prioridad es prevenir la degradación. Donde el suelo ya está degradado, debemos recuperar y rehabilitar un área equivalente a ésta a modo de compensación”, dijo.

El histórico encuentro, que se celebrará en la sede de las ONU la próxima semana, representa una oportunidad para que los líderes mundiales aporten un impulso político y directrices para la consecución de una respuesta global sostenible a los desafíos que suponen la degradación del suelo y la sequía para el mundo.

La reunión supondrá una oportunidad única para sensibilizar a la ciudadanía acerca de la amenaza global de degradación de suelo y sobre la necesidad urgente de llevar a cabo una acción más fuerte para la aplicación de la Convención.

“Existe una vacuna para la enfermedad de la degradación del suelo. Ha sido ya probada y testada. Ahora tenemos que aplicarla en todo el mundo. Para ello, hay que invertir en gestión sostenible del suelo a escala mundial”, ha dicho el director de desertificación para la ONU.

“Tal vacuna ha sido usada en el sur de Asia a través de sistemas agroforestales, en Quensland, Australia, a través de programas de gestión de la sequía o en África, donde se han adoptado sistemas Agriculturales Evergreen en más de seis millones de hectáreas. Sin embargo, los avances no son tan rápidos en muchas áreas”, ha afirmado Gnacadja.

“Estamos a tan solo cuatro años del Objetivo de Desarrollo del Milenio de erradicar la pobreza. No obstante, la pobreza persiste en áreas afectadas por la desertificación. Más de 1.000 millones de personas son víctimas de este problema; pero no son sólo estos mil millones los que están afectados: Estamos todos en riesgo. A día de hoy, existe una enorme falta de inversión en estas regiones por culpa de una percepción errónea. La localización remota de las tierras secas, la marginación política y su asociada ausencia de infraestructuras han desembocado en parte en un acceso limitado a los mercados, a la educación y a los centros de salud”, añadió.

Gancadja afirmó que los gobiernos deben convertir esto en una prioridad de sus políticas nacionales.

“Entre 15 y 24 centímetros es lo que nos separa de la extinción”, afirmó. “El suelo productivo es un recurso finito, como lo son nuestros océanos y bosques”, dijo.  

De cara a la décima sesión de la Conferencia de las Partes de la UNCCD, que comienza el 10 de Octubre en Changwon (República de Corea), Gnacadja instó a las Partes a seguir avanzando en el fortalecimiento de las bases científicas de la Convención. El secretario ejecutivo de la UNCCD pidió un gran avance en la consecución de los objetivos de la Estrategia de los 10 años de la Convención (2008-2018) y un plan claro que integre de manera rápida los Programas de Acción Nacional en políticas nacionales para aliviar la pobreza y por el desarrollo sostenible.



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