El área quemada forma parte de la Red Natura 2000 al haber sido designada como ZEPA y LIC, por cumplir los criterios de migración de rapaces así como por acoger una importante población de especies norteafricanas, como la escasa perdiz moruna, el herrerillo canario y el pinzón vulgar, y gran parte del territorio de una de las tres parejas de busardo moro afincadas en Ceuta. Las especies arbóreas afectadas han sido formaciones mixtas de alcornocales con acebuches, majuelos y espinos, masas mixtas de pinos y eucaliptos, vegetación de ribera (saucedas, espinales, zarzal y helechar) y matorrales autóctonos (jaral, brezal y ergenal).
 
 Planes de gestión sin aprobar 
El plan de gestión de la ZEPA Acantilados del Monte Hacho aún no se ha iniciado y el de la ZEPA de Benzú-Calamocarro está finalizado desde hace varios años, pero no se ha procedido a su aprobación por parte del Gobierno de la Ciudad Autónoma. Ambos planes de gestión debieran haber estado aprobados antes de 2011, por lo que en su demora se ha imcumplido la Ley 42/2007, del Patrimonio Natural y la Biodiversidad. 
De haber estado en vigor este importante y clave instrumento de planificación, y en concreto algunas de sus medidas de gestión, como la autorización de acceso exclusivamente a los itinerarios definidos y mantenidos a tal efecto, el control de actividades de carácter lúdico y, por supuesto, la necesaria vigilancia preventiva y disuasoria, quizás se hubiera podido evitar este lamentable incendio. 
Valioso y amenazado espacio 
Este espacio presenta una serie de importantes amenazas para los valores por los que se declaró, como por ejemplo las plantaciones forestales, la tala de masa forestal sin replantación, la caza ilegal, las maniobras militares, la urbanización dispersa, o la contaminación de agua. Además, habría que añadir la constante especulación urbanística, multitud de proyectos que planean sobre su territorio, como por ejemplo un hospital, una residencia para ancianos, un campo de golf y un parque eólico.
  
SEO/BirdLife espera que todas estas amenazas sean solventadas gracias a la obligada aprobación de los planes de gestión, que deben ser el pilar básico de la conservación y recuperación de la ZEPA de Benzú-Calamocarro. Estos planes de gestión deben incorporar medidas de conservación que permitan, tanto cuantificar los costes de conservación de cada espacio como mantener en buen estado de conservación todos los elementos por los que se declaró el espacio.
 
 
 



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