Este proyecto, que se desarrollará en las comunidades autónomas de Andalucía, Aragón, Galicia, Cantabria, Cataluña y Murcia, busca aunar los diversos territorios rurales españoles que presentan hábitats dispersos que, a pesar de recibir diferentes denominaciones (cortijos o cortijadas en Andalucía y Murcia, masías en Cataluña y Aragón, caseríos en Cantabria y casas grandes en Galicia) cuentan con muchas similitudes en cuanto a necesidades y dificultades añadidas a la vida en el medio rural, debido a su aislamiento, teniendo por ello como finalidad favorecer su pervivencia, tomando en cuenta la importancia del modelo de desarrollo sostenible que representan.

Para ello el proyecto trata de recoger una muestra de las distintas regiones rurales del territorio nacional en las que se encuentran hábitats dispersos caracterizados por la presencia de pequeños asentamientos aislados, que suelen constar de un edificio que sirve de vivienda, varios edificios que albergan el ganado, y una superficie de tierras más o menos extensa que se destina principalmente a un uso agropecuario.

Autosuficiencia y sostenibilidad

Tal como se plantea en el proyecto, estas explotaciones, que en el pasado sustentaban un importante porcentaje de la economía de las zonas de montaña, aún siguen siendo habitadas en algunos lugares, basadas en un principio de autosuficiencia y sostenibilidad, constituyendo un elemento clave para el mantenimiento del paisaje y la biodiversidad, argumentos que sustentan la importancia de su mantenimiento y transferencia a generaciones futuras.

Para ello se han programado una serie de actividades que en una primera fase consistirán en la elaboración de un diagnóstico de la situación actual del hábitat disperso en los territorios participantes, planteando soluciones a los problemas detectados; la preparación de un estudio de viabilidad de nuevas alternativas a los usos tradicionales del suelo, y el diseño de proyectos técnicos de pequeñas experiencias piloto en materia de gestión de residuos y agua, depuración de aguas residuales, energías renovables y nuevas tecnologías.

En una segunda fase el proyecto abordará la transferencia de los resultados del diagnóstico a los responsables en la materia; la puesta en marcha de las pequeñas experiencias piloto proyectadas; la mejora de servicios de la población dependiente; el impulso de aquellos núcleos aislados con diversificación de actividades y creación de marcas distintivas de calidad turística; la promoción de eventos y publicaciones de esta en valor de estas singulares entidades y el fomento de acciones de formación dirigidas a sus habitantes. Los proyectos piloto para desarrollo del medio rural se enmarcan en la Red Rural Nacional puesta en marcha por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino el año 2008, que contempla, entre otras actuaciones, la convocatoria anual de ayudas destinadas a subvencionar iniciativas que contengan ideas innovadoras, creativas, e imaginativas, incluyendo la generación de formas modernas y sostenibles de gobernanza participativa, capaces de generar nuevas expectativas de futuro en nuestro medio rural más desfavorecido y distanciado de la modernidad que el medio urbano.

Estos proyectos piloto deben contribuir a la diversificación económica, a la modernización, a la mejora de la calidad de vida y a la multifuncionalidad del medio rural, generando un presente posible y atractivo para sus pobladores, más adaptado a este mundo cambiante y de acuerdo con las nuevas exigencias en materia de sostenibilidad y respeto al medio ambiente.



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