El auge experimentado en la oferta de servicios turísticos relacionados con la naturaleza, tiene su origen en la necesidad surgida por el distanciamiento del hombre moderno con el mundo natural unido a un mayor progreso cultural de la sociedad. La sensibilidad ambiental en la actualidad está alcanzando cuotas hasta ahora desconocidas.

Las empresas que nacen al albor de este fenómeno, no solo deben ofrecer actividades de calidad, si no contribuir a un cambio en la mentalidad del cliente basado en la labor educativa y de principios, debiendo transmitir estos últimos con actuación ejemplar y de la forma en la que se debe entender la profesionalidad, es decir, presentando como condición sine qua non el bienestar del “producto” (esto es, la naturaleza).

Se está produciendo de forma generalizada en el sector del turismo de la naturaleza, ofrecer como garante de calidad la observación asegurada de fauna salvaje. Este concepto está pervirtiendo, no solo al operador, si no también al propio cliente, ejerciendo la perniciosa espiral de “te aseguro observación – me deben asegurar observación”. Esta conducta empresarial deriva hacia la mala praxis, empleando para este fin medios como los aportes cárnicos en cebaderos para lobos, alimentación suplementaria para fotografía de rapaces, reclamos sonoros para atraer a las aves, accesos a zonas sensibles de reproducción, etc., Todo ello redunda, a largo plazo, en  consecuencias previsibles: extinciones locales, desplazamiento de poblaciones, síntomas de estrés con sus problemas asociados, tolerancia a la presencia humana, cambios en las estructuras sociales por aportes de alimentación y a los propios patrones tróficos de las especies, vulnerabilidad ante depredadores etc.

"Todos debemos incorporar la responsabilidad y la obligación de transmitir que el entorno natural no es un parque temático, ni un safari, ni tampoco un zoológico; que sus integrantes vivos no son un producto más de consumo, que lo impredecible y expontáneo, y a existir y no estar, forma parte del derecho inalienable de la libertad y a la condición de salvaje."

Lobisome Naturaleza nace con la vocación de cambiar la cultura “del todo vale” en el ámbito del merecido denostado ecoturismo. A falta de una regulación específica que sirva de marco auditor, tendremos que ser los propios interesados quienes debamos asumir tales prescripciones deontológicas.

Nuestra actividad basada principalmente en el avistamiento de lobo ibérico en la Sierra de la Culebra (Zamora), nos exige un comportamiento escrupuloso por las propias características de la especie y de la explotación que se hace de la misma.

La Reserva de Caza de la Sierra de la Culebra presenta unas condiciones especiales para la actividad de observación de lobo ibérico. La especie es objeto de un aprovechamiento cinegético, y sin entrar a valorar lo que ello supone, sí debemos conocer y adoptar una serie de consideraciones ineludibles para convertir en respetuosa, o lo menos impactante, nuestra presencia:

  • Los animales son tremendamente esquivos y sensibles a la presencia humana, no debemos adentrarnos lejos de elementos y presencia habitual de origen antrópico y siempre respetando distancias mayores al kilómetro de la zonas de las que tengamos constancia de la presencia de fauna sensible.
  • El estrés que pueden llegar a padecer los animales por permanecer en lugares inadecuados los inmunodeprime, los desplaza de sus zonas habituales y los expone innecesariamente a dificultades para su supervivencia.
  • No recurrir bajo ningún concepto al aporte de carroñas para favorecer su observación. Estudios realizados en Norteamérica han demostrado su impacto en la estructura social. Los querencia y los expone fácilmente para su captura.
  • No exceder el número de clientes, por la calidad del propio servicio y por evitar de este modo la masificación de los lugares destinados a la práctica de la observación. Los destinatarios buscan autenticidad en la experiencia, y para ello se requiere asistir en bajo número. Es exigible un control concertado y previo de las visitas entre los distintos operadores y del acceso de público en general; ésto es principalmente competencia de las administraciones.
  • Durante las esperas se debe mantener un volumen adecuado en las conversaciones, debe ser una norma taxativa.

Otro aspecto que debería caracterizar al ecoturismo es la asunción del compromiso para la mejora de los Espacios en los que se trabaja y para la conservación de su fauna y flora. Lobisome Naturaleza asume como fin primero esta premisa y antes de comenzar nuestra andadura,  emprendimos con recursos propios un censo independiente de lobo ibérico en el Espacio. Ello nos ha proporcionado un conocimiento detallado de la población existente, ofreciendo resultados de estima alternativos a los oficiales, garantizando el seguimiento del devenir de la población y anticiparnos a las afecciones, y permitirnos realizar acciones futuras de denuncia.

Con todo ello esperamos que, aún siendo uno de los fines el económico, éste sólo resulte complementario, teniendo como objetivo principal beneficiar directamente al lobo.

Con vosotros queremos compartir la pasión por nuestro lobo ibérico en uno de los mejores parajes de Europa para su observación y que lleguéis a entusiasmaros hasta que experimentéis que quien con lobos anda, aullando acaba.

Contamos con vuestra visita…..



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