La travesía, de un mes de duración, es la primera campaña del proyecto Contouriber,en el que participan la Universidad de Vigo, el Instituto Geológico y Minero de España y el CSIC. En este primer viaje, el estudio se centrará en el golfo de Cádiz y el mar de Alborán. Durante la campaña los investigadores elaborarán mapas detallados del relieve submarino, obtendrán imágenes del subfondo hasta profundidades de entre 2 y 3 kilómetros y estudiarán datos magnéticos y gravimétricos. Para ello se servirán sobre todo de técnicas indirectas, como el uso de ecosondas para la obtención de mapas topográficos, y técnicas sísmicas para conocer los materiales que componen el subsuelo marino.

Además, la investigación servirá para saber más sobre el papel que juegan las masas de agua en la presencia de recursos minerales, reservorios de hidrocarburos y desarrollode geohábitats bentónicos específicos. Gemma Ercilla, investigadora del CSIC en el Instituto de Ciencias del Mar, los explica: “Por ejemplo, los hidrocarburos ocupan los poros que hay entre los granos de sedimento, por lo que en los materiales porosos se acumulan más fluidos. Por tanto, conocer la composición de los sedimentos del fondo marino permite inferir si se trata de una buena zona o no para la acumulación de hidrocarburos, aunque no con total fiabilidad. Es decir, se pueden detectar zonas potenciales de acumulación”.

De hecho, la información recogida en la campaña se integrará además en el proyecto GUCADRILL, del programa internacional Integrated Ocean Drilling Program. Esta campaña es una de las más grandes dedicadas a la perforación para el estudio de depósitos formados por la circulación de masas de agua y el año que viene perforará los fondos de Cádiz y el oeste de Portugal.

Cambio global

El proyecto también se relaciona con el cambio global, ya que se recogerán testigos de unos 7 metros de profundidad, lo que permitirá un estudio de los sedimentos de los últimos 200.000 años, aproximadamente. El estudio permitirá conocer cómo eran las corrientes en aquel entonces y su relación con los cambios climáticos, lo que será degran ayuda para elaborar modelos de predicción.

Tras la salida al Océano Atlántico a través del Estrecho de Gibraltar, las masas de agua mediterráneas realizan un largo recorrido al fluir hacia el norte, oeste y sur. La rama septentrional circula a lo largo del margen portugués, rodea el golfo de Vizcaya y continúa hacia el norte hasta alcanzar el mar de Noruega, mientras que la rama meridional alcanza las islas Canarias. La circulación de estas masas de agua ha generado una influencia notable en el relieve y sedimentos submarinos, aún por conocer en detalle, y que contienen un valioso registro de la evolución de nuestros fondos marinos.

“El proyecto nos permitirá estudiar con nuevos ojos toda la geología de los océanos y nos proporcionará datos para fenómenos que hasta hace poco no tenían explicación.Además, nos va a permitir estudiar distintos puntos de la Península y relacionar así los datos obtenidos para ver si existen patrones que nos permitan explicar los fenómenos relacionados con las corrientes mediterráneas”, concluye Ercilla.



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