• Actividades humanas como la fracturación hidráulica, la explotación minera, la explotación de energía geotérmica, el almacenamiento de gas, o el llenado de embalses pueden producir seísmos inferiores a 3 grados, “nunca sentidos por la población”.
  • Antes de llevar a cabo un proyecto de fracturación hidráulica es obligatorio realizar un estudio de riesgo sísmico según la legislación actual.
  • La falla que ha producido el terremoto no tiene ninguna relación con la que produjo el de Lorca, “hay que cartografiarla para analizar su evolución”.
  • Las centrales nucleares y los ATC están diseñados para resistir terremotos de magnitudes entre 7 y 8 grados en la escala de Ritcher. 

Mientras partidos políticos solicitan la paralización de los proyectos de "fracking" en la zona, así como revisar la ubicación del ATC tras el seísmo, el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) ha comunicado a través de Luis Suárez, lo siguiente:

“La fracturación hidráulica se hace a profundidades máximas de 3.000 metros, mientras que el terremoto de Ossa de Montiel ha tenido una profundidad superior a los 10.000 metros”, explica el presidente del ICOG. Suárez reconoce que en la comarca de Ossa de Montiel está autorizado “un permiso de investigación de aprovechamiento de hidrocarburos no convencionales por fracturación hidráulica”, concedido en septiembre de 2012, aunque todavía “no se ha hecho ningún trabajo de investigación en la zona”. 

Estudio de riesgo sísmico antes de realizar fracking 

“Toda falla activa puede producir un terremoto de mayor o menor magnitud, independientemente si se induce por medios humanos”, añade el presidente del Colegio. Sin embargo después de la aprobación de la Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de Evaluación Ambiental, “es obligatoria la realización de un estudio de riesgo sísmico en cualquier proyecto de aprovechamiento de hidrocarburos no convencionales por fracturación hidráulica”, explica. Por tanto, “antes de aprobarse un proyecto de aprovechamiento se condicionara el mismo al estudio del riesgo sísmico”, admite Suárez.

En ese sentido, el presidente del Colegio de Geólogos recuerda que actividades humanas como la fracturación hidráulica, la explotación minera, la explotación de energía geotérmica, el almacenamiento de gas, o el llenado de embalses, “pueden producir seísmos, en su inmensa mayoría de magnitud inferior a 3 grados en la escala de Ritcher, que no son percibidos por la población”.

Falla sin estudiar

 Con respecto a la falla que ha producido el terremoto de Ossa de Montiel, Suárez indica que no está relacionada con la falla de Alhama, que produjo el terremoto de Lorca. “Esta falla no parece estar cartografiada. Se especula que podrían haber sido unas fallas de dirección NW-SE, pero debería estudiarse en profundidad para analizar su evolución”. A ese respecto explica que “hay fallas que emiten terremotos a 10 kilómetros de profundidad que no se manifiestan en la superficie”.

 Por último el presidente del Colegio de Geólogos puntualiza que las centrales nucleares y los ATC para residuos nucleares están diseñados para resistir terremotos de entre 7 y 8 grados en la escala de Ritcher, “magnitudes que nunca se han registrado en España”, finaliza Suárez.



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