Los recurrentes episodios de botulismo asociados a algunos humedales de la red Natura 2000 española ponen en entredicho el buen estado de estos ecosistemas, cuya inundación permanente depende del aporte que reciben desde las depuradoras de aguas residuales de importantes núcleos urbanos.

El director de Conservación de SEO/BirdLife, Juan Carlos Atienza, ha explicado que en los humedales cuya lámina de agua tiene poca profundidad, la gran cantidad de nutrientes que llevan las aguas de la depuración unida a las altas temperaturas en época estival provocan una ausencia de oxígeno y la consiguiente proliferación de esta enfermedad.

El botulismo es provocado por una toxina neuroparalizante producida por la bacteria Clostridium botulinum, que inhibe la respuesta muscular del organismo, en el caso de las aves su incapacidad para volar, sumergirse, caminar o mantener el cuello erguido, por lo que suelen morir por ahogamiento o paro respiratorio.

La bacteria puede permanecer durante años en estado vegetativo y latente en los vasos lagunares, se desarrolla durante los meses más cálidos, cuando se dan las condiciones propicias, y se instala y prolifera sobre los cadáveres de animales muertos, por lo el envenenamiento masivo de aves se produce por la ingestión de larvas.

Como medida preventiva, el director de Conservación de SEO/BirdLife ha mencionado la necesaria ampliación de muchas de las depuradoras instaladas junto a estos humedales, que en la actualidad "no dan abasto" para tratar el volumen de agua residual que llega hasta ellas.

Además, "cuanta más agua tengan las lagunas, menor será el riesgo de ausencia de oxígeno que favorece el desarrollo de la Clostridium botulinum", ha añadido.

Desde que en 1999 se detectara un brote de botulismo en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) que afectó a más de 10.000 aves, algunas de las lagunas más emblemáticas de la Reserva de la Biosfera de la Mancha Húmeda han vivido episodios similares.

Un ejemplo es la laguna de Navaseca, en Ciudad Real, catalogada como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) de la Red Natura 2000, un valioso ecosistema clave para la invernada de numerosas especies de aves acuáticas, algunas, como la malvasía cabeciblanca, en peligro de extinción.

Esta laguna recoge las aguas depuradas procedentes de la Estación de Aguas Residuales de Daimiel y durante los años de ausencia de agua en el Parque Nacional, situado a pocos kilómetros, se convirtió en una alternativa de estancia para las aves.

El pasado enero, durante una reunión del Patronato del Parque se decidió la constitución de una comisión de expertos formada por investigadores, científicos, técnicos de las administraciones públicas y ecologistas para analizar los problemas de la calidad del agua en ese emblemático ecosistema de la Red Natura 2000.

Una de las posibles medidas urgentes a adoptar será la ampliación de la laguna de Navaseca para que actúe como "filtro verde", es decir, una depuradora natural que minimice la contaminación que se extiende hasta las Tablas y que está afectando a las praderas de ovas o vegetación subacuática, claves para la alimentación y refugio de numerosas especies de aves.

Atienza ha recordado que la laguna de Navaseca es hoy una zona "rebosante de vida", donde especies como el zampullín, la focha, la gallineta, el ánade friso, la cerceta, el ganso común, la malvasía cabeciblanca, el azulón, el pato cuchara y el calamón, atraídas por el abundante alimento que conlleva tan elevada concentración de materia orgánica, encuentran aquí su refugio ideal.

Con el descenso de los niveles del acuífero y los problemas de sequía extrema que padecieron los humedales de La Mancha, el de Navaseca, que mantiene unos niveles de forma artificial, "cobró una relevancia indiscutible para la observación y el estudio de todas estas especies emblemáticas", ha explicado.



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