La Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) denunció hoy que el Gobierno murciano «incumple los condicionantes ambientales que se impone a sí mismo, mediante las Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) en obras públicas y que afectan a espacios protegidos y sus inmediaciones».

Como ejemplos a destacar, citó, en un comunicado, el caso de las obras de la MU-314, carretera de Portmán-Atamaría; y la depuradora de Isla Plana. «Ejemplos paradigmáticos del incumplimiento por parte de la Administración de sus propias DIA incluso en áreas protegidas», criticó la citada asociación.

En lo que respecta a las obras de la MU-314, recordó que se ejecutaron en 2003 atravesando el «corazón» del Parque Regional de “Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila”. Ello causó, advirtió, «un importante impacto sobre la flora iberoafricana y el espacio protegido».

Pero una vez finalizadas las obras, la Declaración de Impacto Ambiental «obligaba a la restauración de la zona, extremo que fue nuevamente incumplido por la propia Administración y tras varios requerimientos, en 2006 ANSE realizó una plantación simbólica de protesta».

Por todo lo anterior, ANSE se dirigió hace casi un mes al consejero de Obras Públicas, Vivienda y Transportes, José Ballesta, para solicitarle que «dé instrucciones urgentes de restaurar la zona el próximo otoño, ya que se han perdido demasiados años».

Por otra parte, la Asociación reprobó el hecho de que la Consejería de Agricultura y Agua «haya incumplido la Declaración de Impacto Ambiental de la Estación depuradora de aguas residuales de Isla Plana-La Azohía».

Esta EDAR se encuentra en las inmediaciones del LIC, ZEPA y Parque Regional de La Muela-Cabo Tiñoso, por lo que como condición para su ejecución la Dirección General del Medio Natural «estableció la necesidad de proceder a la restauración del perímetro con árboles y arbustos autóctonos en una anchura superior a cinco metros».

Sin embargo, ANSE puso de manifiesto que «en lugar de desarrollarse un auténtico proyecto de restauración ambiental, se ha procedido a la plantación masiva de una planta exótica y muy invasiva proveniente de Suráfrica y conocida como “crespinillo” o carpobrotus».

La Asociación no dudó de calificar esta restauración de «auténtica chapuza», ya que el carpobrotus «está considerado como una de las 100 especies invasivas más peligrosas por el proyecto europeo DAISE». De este modo, ANSE colabora, en la actualidad, con los regantes de la EDAR del Cabezo Beaza para «erradicar el carpobrotus de aquella depuradora y sustituirlo por flora autóctona».



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