El grupo ecologista Greenpeace consideró hoy que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, y la presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Carmen Martínez Ten –quienes se reunieron ayer–, tienen el «verdadero objetivo de asegurarse que las centrales nucleares continúen funcionando y alargar su vida útil diez años más».

Greenpeace criticó en un comunicado que Sebastián tiene «interés» en justificar la prolongación de la licencia de actividad de las centrales más allá de su vida útil, prevista en un máximo de 25 años.

Según explicó a Europa Press la portavoz de Greenpeace, Anna Rosa Martínez, Gobierno y Consejo están interesados –a partir de las medidas propuestas ayer– en «mejorar» la seguridad y «disminuir» las averías, lo que conlleva exceder los 25 años de licencia.

Martínez indicó que, aunque el CSN renovara licencias, las centrales «se concibieron para funcionar durante 25 años», y, según ella, el problema es que están «envejecidas». Martínez apuntó que la edad media de cierre de las centrales en el mundo es de 22,5 años.

Para los ecologistas, las medidas que ayer propuso el CSN «no inciden en las causas profundas» de los últimos incidentes, que es el «envejecimiento de las nucleares». Criticó que el CSN se pusiera las pilas «sólo cuando hubo incidentes», lo que atribuyó a su «incapacidad de prevenir la situación».

Greenpeace exigió al ministro que trabaje de forma «apremiante» en un calendario de cierre de las nucleares españolas y que fije una estrategia de desarrollo de las energías renovables, ya que todas las centrales españolas presentan «problemas de envejecimiento» según el grupo.

Asimismo, reclamaron al Gobierno que cumpla su compromiso electoral de cerrar progresivamente las centrales nucleares. «Si no, ha engañado a la ciudadanía», sentenció Martínez.



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