Durante la reunión de alto nivel sobre seguridad nuclear en la sede de la ONU, la presidenta de Brasil afirmó que si bien el accidente nuclear de Fukushima conciencia sobre la amenaza de los desastres nucleares, no debe sacudir la confianza internacional en los beneficios de los usos pacíficos de la energía atómica.

Dilma Rousseff advirtió, sin embargo, sobre el peligro de las reservas de material nuclear para uso militar que poseen las potencias nucleares, las cuales no están sometidas al control y las salvaguardias de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

Consideró imperativo que se establezcan plazos para la eliminación completa e irreversible de las armas nucleares, y que la ONU revise las condiciones de conservación, administración y deterioro en que se encuentran.

Dijo que la posesión de esos arsenales por sólo algunas naciones crea para ellas derechos exclusivos. Subrayó que son resquicios de una concepción asimétrica del mundo formada en la post guerra, que ha debería haberse relegado al pasado.

“Tenemos que pasar los arsenales nucleares a retiro. Tenemos que avanzar en la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, que ha sido baluarte de la lógica del privilegio nuclear por más de 65 años, y legitima la acumulación de material nuclear por las potencias armadas”, declaró Dilma Rousseff.

Por su parte, el Director General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) coincidió en que el accidente de Fukushima no significa el fin de la energía nuclear.

En un mensaje enviado desde Viena, Yukiya Amano dijo que pese a la gravedad de ese accidente, el uso de ese tipo de energía continuará creciendo significativamente durante las próximas décadas, porque aumentará la demanda.

“Unos pocos países han decidido reducir sus programas nucleares o terminarlos, pero muchos otros están llevando a cabo planes ambiciosos de expansión”, declaró Amano.

Ascó, diez años más

Mientras se debatían cuestiones de seguridad nuclear en la sede de la ONU, en España el ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, firmó ayer la orden de renovación de la Autorización de Explotación de las centrales nucleares de Ascó 1 y 2 por un periodo de diez años.

El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio ha considerado en su decisión el informe favorable emitido por el Consejo de Seguridad Nuclear basado en el mantenimiento del nivel adecuado de seguridad para continuar su operación y la comprobación del correcto funcionamiento de la central.



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