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El Consejo de Ministros, a propuesta del MITECO, aprobó el pasado miércoles la Estrategia de Almacenamiento Energético. Según el ministerio: “respaldará el despliegue de energías renovables y será clave para garantizar la seguridad, calidad, sostenibilidad y economía del suministro”. La Estrategia contempla disponer de una capacidad de almacenamiento de unos 20 GW en 2030 y alcanzar los 30 GW en 2050.

Explican desde MITECO que los sistemas de almacenamiento energético son clave para garantizar la transición a una economía neutra en emisiones; asimismo, la efectiva integración de las energías renovables en el sistema porque permiten guardan la excedente y utilizarla cuando el recurso renovable es escaso o hay mucha demanda. Según Teresa Ribera, ministra para la Transición Ecológica:

“Esta Estrategia nos coloca al frente de lo que se está haciendo en Europa. España es una isla energética, lo que nos obliga a tener que adelantarnos para cumplir nuestro compromiso con la neutralidad climática”.

El documento final, aprobado por el Gobierno, y según explica MITECO, ha tenido en cuenta las aportaciones, tras someter el borrador a consulta pública y de actores.

Aplicaciones de almacenamiento energético

Las tecnologías de almacenamiento energético dotan al sistema de flexibilidad y estabilidad, respondiendo a la variabilidad y a la parcial predictibilidad de las tecnologías renovables. Además, evitan la pérdida de energía limpia que se produce cuando hay más capacidad, pudiéndose utilizar después.

Según MITECO: el almacenamiento energético: contribuye a la gestión de las redes eléctricas; fomenta la participación de la ciudadanía en el cambio de modelo energético; permite una mayor competencia e integración en el mercado eléctrico. Asimismo, favorece: la generación de empleo; la recuperación económica, el fortalecimiento de la industria nacional; el desarrollo de la I+D+i; y la mejora de las oportunidades en las zonas de Transición Justa.

Además, la tecnología tiene aplicaciones en nuevos “nichos de negocio”. Entre ellos: la movilidad eléctrica; la edificación a través del autoconsumo eléctrico y del almacenamiento de energía térmica; la industria, que tiene un gran potencial de autoconsumo con almacenamiento, integración energética y descarbonización de procesos que utilizan calor y frío; y en el resto de sectores mediante aplicaciones de autoconsumo.

MITECO considera que las tecnologías de almacenamiento energético también favorecen el desarrollo de nuevos modelos de negocio. Tal es el caso de los agregadores independientes; o las comunidades de energías renovables, que impulsan el papel activo de los consumidores al permitir su participación directa en la gestión de su energía.

Previsiones de almacenamiento energético

La Estrategia cuantifica las necesidades de almacenamiento para contribuir a la descarbonización del sistema energético en línea con el PNIEC 2021-2030. Asimismo, con el objetivo de neutralidad climática antes de 2050.

Incluye: el aprovechamiento de la energía disponible en el parque de vehículos eléctricos (26 GWh anuales para 2030); la capacidad adicional de almacenamiento detrás del contador (con un mínimo de 400 MW en 2030); así como el almacenamiento a gran escala que aportan las centrales termosolares.

La Estrategia contempla disponer de una capacidad total de unos 20 GW en el año 2030, contando con los 8,3 GW de almacenamiento disponible hoy. Igualmente, de unos 30 GW de almacenamiento en 2050. Ambas capacidades consideran tanto almacenamiento a gran escala como distribuido, que serán aportadas por diversos sistemas, tanto diarios como estacionales.

Asimismo, la citada Estrategia incluye 10 líneas de acción y 66 medidas que abordan aspectos como: la participación del almacenamiento en el sistema energético, la economía circular o las comunidades energéticas para generar espacios de participación ciudadana; el impulso del hidrógeno renovable; el desarrollo de nuevos modelos de negocio, como la segunda vida de baterías; la formación de profesionales para profundizar en la Transición Justa; el aprovechamiento del almacenamiento como base para el desarrollo tecnológico en las islas y zonas aisladas; el impulso a la  I+D+i, promoviendo el empleo; o la eliminación de barreras administrativas para facilitar iniciativas y proyectos.

Tecnologías de almacenamiento energético

El documento identifica diferentes tecnologías de almacenamiento. Entre ellas:

  • Centrales hidráulicas de bombeo, que permiten impulsar el agua para almacenarla en depósitos a gran altura y liberarla para producir electricidad cuando hay alta demanda;
  • Baterías, que son especialmente relevantes tanto por su aplicación en movilidad eléctrica como en sistemas de autoconsumo para viviendas o negocios. En combinación con placas solares, permiten almacenar la energía sobrante para utilizarla en los momentos en los que no hay sol. Además, es relevante su aplicación a gran escala mediante la hibridación con plantas de generación renovable.
  • Sistemas de almacenamiento térmico, que tienen su aplicación, entre otras, en las centrales termosolares. En ellas, se almacena calor en tanques de sales fundidas a alta temperatura para posteriormente emplearlo en la producción de electricidad. La capacidad de almacenamiento que aportan las centrales termosolares permite adaptar la producción a la demanda (gestionabilidad) y reducir los vertidos renovables.
  • Hidrógeno renovable, que desempeñará un papel clave en la reducción de las emisiones de: sectores difíciles de descarbonizar; procesos industriales de alta temperatura; medios de transporte convencionales, que van desde los vehículos ligeros a los pesados, autobuses o trenes. España ya cuenta con una “Hoja de Ruta del Hidrógeno”.

Oportunidades

El almacenamiento, añade MITECO, favorece la generación de empleo, la actividad económica y la innovación en los territorios donde se implementa. Consideran que juega un papel importante en zonas de Transición Justa. De ahí que el documento contemple medidas como la promoción de proyectos de almacenamiento en estos territorios para aprovechar sus recursos endógenos. Eso contribuirá a reducir el impacto socioeconómico de los cierres de centrales térmicas, minería de carbón o centrales nucleares.

Economía circular

También el documento analiza la cadena de valor del almacenamiento de energía. Señala la importancia de disponer de una industria nacional competitiva, innovadora, que aporte alto valor añadido en todos los eslabones del almacenamiento: provisión de materias primas y componentes básicos; fabricación y desarrollo de las tecnologías; y prestación de todo tipo de servicios mediante los nuevos modelos de negocio. Todo ello, con un enfoque basado en la economía circular.

Plan de Recuperación

Uno de los principales pilares del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia es la transición verde. Dentro de la “Transición energética justa e inclusiva” se encuentra la componente 8. Tiene como objetivo fundamental dotar de flexibilidad al sistema energético, siendo el almacenamiento de energía uno de los elementos clave para ello. La Estrategia sirve como guía para los objetivos y reformas de esta componente.

Fuente: Esther de Aragón / EnergyNews,

Artículo de referencia: https://www.energynews.es/aprobada-estrategia-de-almacenamiento-energetico/,



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