Las ratas tienen muy mala prensa pero, al mismo tiempo, poseen una capacidad de supervivencia adaptación inigualables.

En Nueva York, donde se estima que hay unos dos millones de ratas, llevan ya algunos años intentando deshacerse de estos roedores, ya que estos se atreven cada vez más a aventurarse lejos de las cloacas y campan por las calles con absoluto descaro.

Hasta ahora, la gran metrópolis estadounidense ha probado con métodos que van desde la anti concepción hasta la asfixia a través de contenedores inteligentes. Asimismo, el pasado mes de setiembre se instalaron en Nueva York trampas que atraen a las ratas con un cebo y luego disparan una trampilla que las deja caer en un charco con una base de alcohol.

Sin embargo, nada de esto ha surtido efecto debido a la gran capacidad de supervivencia y adaptación en entornos urbanos de los roedores. Según un estudio publicado este mes de marzo en la revista especializada bioRxiv, esto se debe a las características de su genoma -conjunto de genes- que ha ido cambiando a lo largo del tiempo.

Para la elaboración del estudio, en el que han participado expertos de la Universidad Fordham y de la Universidad de San Francisco, se capturaron, entre 2014 y 2015, unas 400 ratas pardas o de alcantarilla (Rattus norvegicus), probablemente la especie más común en las ciudades.

Ratas

Luego secuenciaron el genoma de 29 ratas de Manhattan y lo compararon con los genomas de ratas del noroeste de China, que es, junto al sudeste de Siberia y algunas zonas de Japón, de donde es originaria la especie.

Gracias a ello, los investigadores descubrieron que desde que la especie se expandió a occidente se han producido una serie de cambios en su genoma gracias a los que las ratas han podido conquistar las zonas urbanas sin dificultad alguna.

Gran parte de los genes modificados desde que las ratas abandonaran las zonas rurales de Asia están relacionados con la dieta, el comportamiento y la movilidad. Entre ellos destaca el CYP2D1, un gen que ayuda a las ratas a desintoxicar los compuestos vegetales.

Según relatan los autores del trabajo, la adaptación del genoma de las ratas está vinculada a lo que en genética se conoce como ‘barrido selectivo’, que ocurre cuando se produce una mutación que incrementa la eficacia biológica de un organismo.

De cara a próximas investigaciones los expertos esperan poder secuenciar el ADN de ratas de Nueva York del siglo XIX para poder averiguar en qué momento se produjeron todos estos cambios. Asimismo, los expertos apuntan que sería interesante hacer lo mismo en distintas ciudades para ver si se han producido o no las mismas variaciones genéticas.

Las dos especies de ratas urbanas más comunes son la R. rattus y la R. norvegicus. Se asemejan mucho físicamente, si bien se comportan de forma muy diferente, ya que mientras la primera habita en las partes altas de las casas, los graneros y las buhardillas, la segunda prefiere las galerías subterráneas, los pozos y las alcantarillas.

Fuente: ELENA MARTÍNEZ BATALLA / LA VANGUARDIA,

Artículo de referencia: https://www.lavanguardia.com/natural/20200309/473985030006/descubren-los-secretos-geneticos-que-hacen-resistentes-a-las-ratas-de-nueva-york.html,



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