Las emisiones totales de gases de efecto invernadero, no solo de CO2, deben reducirse a cero neto de aquí a 2100.  La disparidad en las emisiones podría ampliarse hasta 2030, pero la vía hipocarbónica brinda oportunidades para el futuro.

A fin de evitar que el aumento de la temperatura del planeta supere el límite de los 2 ºC y atajar así los peores efectos del cambio climático, la neutralización de las emisiones de carbono se debe alcanzar entre mediados y finales de siglo. De esa forma se conseguiría, además, no sobrepasar la cantidad máxima de dióxido de carbono (CO2) que se puede emitir a la atmósfera para que a partir de 2020 la temperatura no supere los umbrales de seguridad establecidos, tal como afirma un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). 

Exceder el presupuesto previsto de tan solo 1000 gigatoneladas de dióxido de carbono (Gt CO2) aumentaría el riesgo de que el cambio climático tenga efectos graves, generalizados y, en algunos casos, irreversibles. 

El Informe sobre la disparidad en las emisiones del PNUMA de 2014, publicado días antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se celebrará en Lima (Perú), es la quinta edición de la serie, que examina si los compromisos adquiridos por los países están encaminados a cumplir la meta de mantenerse por debajo del umbral de los 2 ºC acordada internacionalmente. 

En su elaboración han participado 38 destacados científicos pertenecientes a 22 grupos de investigación de 14 países distintos.

A la luz de las conclusiones del Quinto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), el Informe sobre la disparidad en las emisiones del PNUMA muestra las líneas entre las que deben mantenerse las emisiones mundiales para que haya una probabilidad elevada de permanecer dentro del límite de los 2°C; contemplando que alcancen un punto máximo en los próximos diez años, que todas las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan a la mitad para mediados de siglo y que en la segunda mitad del siglo se consiga la neutralización de las emisiones de carbono y el subsiguiente cero neto en la emisión de gases de efecto invernadero. 

«El aumento de la temperatura del planeta es proporcional a la acumulación de gases de efecto invernadero de larga duración en la atmósfera, especialmente CO2. Si actuamos ahora, evitaremos tener que tomar medidas extremas en el futuro para mantenernos en los límites de emisiones acordados», afirmó Achim Steiner, Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas y Director Ejecutivo del PNUMA. 

«En las condiciones actuales, en las que se ha avanzado poco en el desarrollo y la aplicación de políticas sobre el clima, las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero podrían aumentar hasta las 87 Gt de dióxido de carbono equivalente (CO2 e) de aquí a 2050, muy por encima de los límites considerados seguros». 

«Los países cada vez prestan más atención a los datos sobre dónde deben situarse de forma realista en 2025, 2030 y más adelante, para que el calentamiento del planeta no supere los 2 oC. Este quinto Informe sobre la disparidad en las emisiones subraya que la neutralización de las emisiones de carbono -y, finalmente, la reducción a cero neto o la neutralidad climática- serán esenciales para que las emisiones acumulativas restantes sean absorbidas de forma segura por las infraestructuras del planeta; esto es, los bosques y el suelo», añadió el Sr. Steiner. 

«Los Objetivos de Desarrollo Sostenible muestran las múltiples sinergias que se generan entre los objetivos de desarrollo y los de mitigación del cambio climático. Vincular las políticas en ambos campos ayudará a los países a crear las infraestructuras del futuro, energéticamente eficientes y de bajas emisiones, y hará posible una transformación que materialice el concepto de desarrollo sostenible», concluyó. 

Si se quiere evitar exceder el presupuesto, hay que alcanzar la neutralización de las emisiones mundiales de carbono entre 2055 y 2070, lo que significa que para entonces las emisiones antropogénicas anuales de CO2 deben reducirse a cero neto a nivel mundial. 

Debe ser un cero neto, que implica que las emisiones de CO2 restantes se compensen con la misma cantidad de captación de dióxido de carbono, o de emisiones «negativas», siempre y cuando las aportaciones netas a la atmósfera debidas a la actividad humana sean nulas, según el informe. 

Las emisiones totales de gases de efecto invernadero, en las que, además de las de CO2, hay que incluir las de metano, óxido nitroso e hidrofluorocarburos, deben quedar reducidas a cero neto entre 2080 y 2100.

Andrew Steer, Presidente y Director General del Instituto de Recursos Mundiales afirmó: «El acuerdo global sobre el clima no se debe negociar en función de las emociones o los caprichos políticos, sino a partir de los datos y de la información científica. Este informe proporciona uno de los análisis más aclaradores y técnicos sobre las emisiones mundiales, que muestra en qué medida los compromisos y las iniciativas de los países están a la altura de lo que exigen las averiguaciones científicas». 

«Por desgracia, en la actualidad el mundo no avanza en la buena dirección. Pero debemos aprovechar el cada vez mayor interés en hacer frente al cambio climático para eliminar la disparidad en las emisiones y mantenernos en los límites que la ciencia ha establecido para evitar los peores efectos de este fenómeno». 

Desde 1990, las emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado en más de un 45%. Para que sea factible mantenerse por debajo del umbral de los 2 °C, el nivel de emisiones globales de gases de efecto invernadero debe descender en al menos un 15% antes de 2030 (con respecto al de 2010) y situarse, como mínimo, en un 50% menos antes de 2050 para, en última instancia, reducirse a cero neto. 

Las anteriores ediciones del Informe sobre la disparidad en las emisiones se centraban en las buenas prácticas en distintos sectores y su capacidad para estimular la actividad y el desarrollo y, a la vez, reducir las emisiones. 

Este año, el informe también analiza los múltiples beneficios que pueden reportar los objetivos internacionales de desarrollo y sus correspondientes políticas nacionales, entre los que se incluye la mitigación del cambio climático a través de la promoción de la eficiencia energética. 

Reducir la disparidad 

El Informe sobre la disparidad en las emisiones de 2014 define la disparidad en las emisiones como la diferencia entre los niveles de emisiones estimados entre 2025 y 2030 en función de los objetivos climáticos y los niveles esperados si se cumplen los compromisos y las obligaciones concertados por los países. 

Los científicos calculan que la disparidad en 2020 se situará en un máximo de 10 Gt CO2 e y en 2030, en 17 Gt CO2 e. En comparación con las emisiones previstas para 2030 si se mantienen las condiciones actuales (68 Gt CO2 e), la disparidad es aún mayor, de 26 Gt CO2 e. 

Pese al hecho de que la disparidad no se está reduciendo, el informe estima que puede disminuir si las medidas disponibles para reducir las emisiones a escala mundial se incorporan plenamente: el potencial de reducción de emisiones en 2030 (si se mantienen las condiciones actuales) se calcula en torno a las 29 Gt CO2 e. 

El costo de postergar la acción 

No tomar medidas estrictas hasta 2020 ahorraría costos de mitigación a corto plazo, pero supondría un costo mucho mayor más adelante, en términos de:

  • Niveles de reducción de las emisiones más altos a medio plazo en el ámbito mundial; 
  • La perpetuación de infraestructuras con elevadas emisiones de carbono; 
  • La dependencia de todas las tecnologías de mitigación disponibles a medio plazo;
  • Mayores costos de mitigación a medio y largo plazo, y mayor riesgo de perturbación económica;
  • Dependencia de las emisiones negativas; y un mayor riesgo de no alcanzar la meta de los 2 °C, que implicaría dificultades y costos de adaptación sustancialmente más elevados.

La eficiencia energética y la agenda para el desarrollo después de 2015 

La eficiencia energética no solo reduce o suprime la emisión de los gases de efecto invernadero, sino que además puede aumentar la productividad y sostenibilidad gracias al ahorro de energía, y contribuir al desarrollo social al incrementar el empleo y la seguridad en el sector energético. 

Por ejemplo: 

Se calcula que entre 2015 y 2030, las mejoras en materia de eficiencia energética en todo el mundo podrían evitar la emisión de al menos unas 2,5- 3,3 Gt CO2 e al año. 

La Agencia Internacional de la Energía informa de que la eficiencia de uso final de los combustibles y la electricidad podría suponer un ahorro de 6,8 Gt CO2 e, y la eficiencia de la generación de electricidad y la transición a fuentes de energía alternativas a los combustibles fósiles, de otras 0,3 Gt CO2 e de aquí a 2030. 

Tanto los países como otros agentes ya están aplicando políticas en favor del desarrollo sostenible y la mitigación del cambio climático. Cerca de la mitad de los países del mundo tienen políticas nacionales que promueven un uso más eficiente de la energía en los edificios. 

Y alrededor de la mitad están estudiando cómo aumentar la eficiencia de los aparatos eléctricos y sistemas de iluminación. 

También existen políticas y medidas nacionales para promover la generación de electricidad mediante energías renovables, la reducción de la demanda de transporte y el cambio en los métodos de transporte, la reducción de emisiones relacionadas con procesos industriales y el fomento de la agricultura sostenible. 

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se están debatiendo muestran la estrecha vinculación entre los objetivos de desarrollo y los de mitigación del cambio climático. 

Por ejemplo, las iniciativas para erradicar la pobreza energética, promover el acceso universal a formas de energía más limpias e impulsar la eficiencia energética -si se hicieran plenamente efectivas- contribuirían en gran medida a allanar el camino para lograr los objetivos sobre el clima. 

El Informe sobre la disparidad en las emisiones de 2014 analiza una gran cantidad de información científica sobre la mitigación del cambio climático, entre la que se encuentran las diversas situaciones planteadas en el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

El informe de 2014 se presentará en Washington D.C. el miércoles 19 de noviembre de 2014, además de en Berlín, Bruselas, Ciudad de México y Nueva Delhi, donde se han organizado actos paralelos. Visite http://www.unep.org

Los informes de 2013 y 2014 han sido financiados por el Gobierno de la República Federal de Alemania.



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