La contaminación se estanca sobre Barcelona

Según el informe sobre la Calidad del aire en Cataluña en 2016, tocaron techo el dióxido de nitrógeno, el ozono troposférico, las partículas PM10 y el sulfuro de hidrógeno, todos ellos relacionados con enfermedades respiratorias. “Estamos preocupados porque los datos no son buenos. La contaminación es un problema real, actual y crónico”, admitió el consejo de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull.

El informe, elaborado con los datos recogidos a 127 puntos ubicados a 82 municipios, analiza un total de 15 contaminantes y muestra unos resultados “estancados” respecto a los últimos años, aunque se aprecia una notable mejora respecto al 2015, un año especialmente crítico a nivel de polución porque las condiciones meteorológicas no favorecieron la dispersión de partículas, así que no se tiene en cuenta para analizar los datos en un espectro amplio de tiempo.

Los niveles máximos de dióxido de nitrógeno un contaminante que se origina por las emisiones de vehículos y la actividad industrial, se sobrepasaron en varios puntos del área metropolitana, como los barrios barceloneses del Eixample, Gràcia y Poblenou, así como Mollet del Vallès, Terrassa y Sant Andreu de la Barca.

Pero la polución también se enquista en las comarcas del interior. El ozono troposférico se volvió a rebasar en las comarcas centrales y de Ponent y el Pirineo, ya que es un contaminante, que se forma cuando los óxidos de nitrógeno provenientes de las ciudades son arrastrados hacia el interior por el viento y reaccionan con los compuestos volátiles los días con sol y temperaturas altas.

En la zona de Vic también se superó el nivel máximo de partículas en suspensión (PM10), que tienen su origen en la industria, los vehículos o el polvo en suspensión. Y en Igualada (Anoia) se dispara el sulfuro de hidrógeno por la presencia de una estación de tratamiento de aguas residuales.



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