La decisión llega después de que la justicia alemana dictaminara a favor de la prohibición de los coches diésel y podría sentar un precedente a emular por otras ciudades. La prohibición será efectiva a partir del 31 de mayo y afectará a aquellos vehículos que no cumplan con los estándares de emisiones que marca la normativa comunitaria Euro-6, en vigor desde 2015 y que pretende restringir las emisiones contaminantes. Los coches diésel puestos en circulación antes de esa fecha, no podrán acceder a las zonas afectadas por al prohibición.

La medida afecta a dos grandes arterias al oeste de la ciudad portuaria, que suman algo más de dos kilómetros de longitud y donde se concentra habitualmente mucho tráfico. Un total de 1,6 kilómetros de la Stresemannstraße se verán restringidos, así como poco más de medio kilómetro de la Max-Brauer-Allee.

Desde la semana pasada, las autoridades municipales de Hamburgo, una ciudad con casi dos millones de habitantes, trabajan en la instalación de carteles en las vías públicas para informar a los conductores. Ambulancias, policía, vecinos y camiones de basura podrán tener acceso sin restricciones a la zona. Las multas para los que incumplan la normativa oscilarán entre los 25 euros para los coches y hasta 75 euros para los camiones.

En total, unos 265.000 vehículos Diésel circulan a diario en Hamburgo y de ellos 165.000 son coches antiguos, según cifras de la Oficina Federal de Transporte recogidas por la agencia de noticias alemana Dpa.

La emisiones contaminantes se han convertido en un asunto político de primer orden en Alemania, donde la industria automovilística es uno de los grandes pilares de la economía. Los escándalos de manipulación de software para camuflar emisiones, que afectan a varios fabricantes alemanes han contribuido a alimentar el debate nacional sobre cómo afrontar los retos climáticos globales, que la canciller alemana, Angela Merkel, aspira a abanderar.

La semana pasada, la Comisión Europea demandó a Alemania y a otros cinco países miembros de la UE por no haber reducido su contaminación atmosférica. El año pasado, hasta 66 ciudades alemanas superaron los límites de contaminación. La prohibición de Hamburgo, cuyo ejemplo se prevé que sigan otras ciudades, ha sido posible después de que el Tribunal de lo Contencioso-Administrativo alemán dictaminara el pasado febrero la validez de la medida, en respuesta a sendas demandas contra proyectos similares en Stuttgart y Düsseldorf.



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