Las organizaciones ecologistas Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Jóvenes Verdes y WWF/Adena lanzaron ayer una campaña de recogida de firmas, para solicitar a nuestros representantes en el Parlamento Europeo y a los Ministros de Industria y de Medio Ambiente que apoyen una norma comunitaria ambiciosa y eficaz para bajar los humos a los fabricantes de coches. Comenzando a encarar seriamente el problema de las emisiones de CO2 procedentes del transporte.

El próximo otoño, el Parlamento Europeo y los Ministros de Medio Ambiente votarán una nueva normativa comunitaria que establecerá límites a las emisiones de los nuevos automóviles que se comercialicen en la Unión Europea. Esta regulación llega en un momento oportuno, en el que la escasez de petróleo empieza a ahogar a las principales economías mundiales, y las emisiones de CO2 procedentes del transporte están poniendo en cuestión la política europea de lucha contra el cambio climático y los avances conseguidos en otros sectores para reducir las emisiones.

Cerca del 70 por ciento del petróleo consumido en la Unión Europea se destina al transporte, y la mitad de esta cuota se debe a los coches particulares y los vehículos comerciales ligeros, por lo que fabricar vehículos más eficientes resulta decisivo para reducir las importaciones de crudo e impulsar la inversión en tecnologías de automoción más limpias.

Esta norma es también resultado de la falta de voluntad y compromiso mostrada por la propia industria. En 1998, los fabricantes de automóviles se comprometieron voluntariamente a reducir las emisiones de CO2 de los nuevos coches que pusieran a la venta en el mercado europeo a 140 g CO2/km para 2008. Sin embargo, las emisiones medias en 2006 (160 g CO2/km) seguían estando muy lejos del objetivo. En lugar de invertir en coches menos contaminantes el sector ha preferido fabricar coches más grandes y más potentes, dos factores que aumentan directamente el consumo de combustible y las emisiones.

Las organizaciones ecologistas Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Jóvenes Verdes y WWF/Adena defienden la necesidad de aprobar una norma europea ambiciosa y eficaz que aborde decididamente el problema de las emisiones del transporte, y denuncian la fuerte presión que la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) está haciendo en Bruselas con el fin de debilitar las exigencias recogidas en la propuesta actual y posponer cualquier norma que les obligue a reducir las emisiones de sus vehículos.

Para contrarrestar este lobby que pretende neutralizar las políticas de lucha contra el cambio climático de la UE, las organizaciones ecologistas lanzaron ayer una ciberacción para que todos los ciudadanos se dirijan a los europarlamentarios y Ministros de Medio Ambiente e Industria pidiendo una normativa eficaz, que fije los objetivos de 120 g CO2/km para 2012 y 80 g/km para 2020, en ningún caso basados en el peso del vehículo, y aplicar sanciones suficientemente disuasorias para que a los fabricantes no les resulte más rentable pagar las multas que cumplir la norma. Una norma así planteada permitirá controlar de forma más efectiva un sector que, a diferencia de otras industrias y sectores económicos, no está contribuyendo a la lucha contra el cambio climático. La ciberacción está accesible a través de las páginas web de las organizaciones.

Conseguir unas emisiones medias por debajo de 120 g CO2/km es técnica y económicamente viable. Estudios recientes señalan que los turismos podrían ser hoy ya un 50 por ciento más eficientes, tan sólo con la tecnología disponible. Según Julia King, asesora del gobierno británico, en 5 a 10 años los nuevos coches podrían emitir un 30 por ciento menos con tecnologías que ya están a las puertas del mercado, siempre que la industria deje de obstaculizar su despliegue y aceptación.

No obstante, las organizaciones ecologistas recuerdan que, para conseguir un futuro libre de petróleo y paliar los problemas asociados a la movilidad, esta medida resulta necesaria pero no suficiente. De poco sirve tener coches más eficientes si el uso abusivo del vehículo particular y el derroche de energía se siguen erigiendo como símbolos indiscutibles de progreso. Por eso, señalan, hay que avanzar hacia un nuevo modelo de movilidad basado en el principio de cercanía, en el que la norma sea usar menos el coche privado y más el transporte público colectivo y otros medios de transporte limpios.



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