La contaminación del aire provocará la muerte prematura de entre 4,5 y 7 millones de personas al año hasta 2050. La cuarta edición del Informe Mundial de Medio Ambiente de la ONU se presentó en Nairobi en el marco de la IV Asamblea de Medio Ambiente de las Naciones Unidas (UNEA-4), que se celebra en la capital keniana.

Las cinco grandes claves del Informe Mundial de Medio Ambiente de la ONU, conocido en inglés como “General Environment Outlook” y realizado por 250 expertos de más de 70 países, son las siguientes:

1. Contaminación del aire

La contaminación del aire seguirá provocando la muerte prematura de entre 4,5 y 7 millones de personas cada año hasta 2050.

Este fenómeno, que actualmente causa de 6 a 7 millones de muertes prematuras, sobre todo en África, Asia y Oriente Medio, continuará matando durante las próximas décadas.

Las personas muy mayores o muy jóvenes, con enfermedades cardiorespiratorias o con un bajo nivel económico, son más vulnerables a la contaminación del aire.

Además, las enfermedades del sistema respiratorio se situaron como la tercera causa de defunción en nuestro país en 2017 con 51.615 fallecimientos, un 10,3% más que en el año 2016. Te detallamos cuáles son las principales enfermedades del sistema respiratorio y la influencia que en ellas tiene la contaminación atmosférica.

2. Resistencia a los antibióticos

La resistencia a los antibióticos será la primera causa de muerte en el mundo hasta 2050. 

La habilidad de microorganismos, como bacterias, virus y algunos parásitos, para evitar el efecto de antimicrobianos (antibióticos, antivirales o antimaláricos), facilitará que las infecciones se expandan en la población.

Además, algunas causas son los contaminantes vertidos en el agua, como excrementos animales y humanos.

Una solución son las plantas de tratamiento de aguas residuales, que pueden eliminar las bacterias resistentes a los antibióticos del agua, pero difícilmente los antibióticos en sí.

3. “Disruptores endocrinos”

Los “disruptores endocrinos” alterarán la fertilidad de hombres y mujeres y el desarrollo neurológico de los menores.

Esos “disruptores” son sustancias externas al cuerpo que alteran las funciones del sistema hormonal, inhibiéndolo o estimulándolo, y están presentes en muchos productos químicos.

Además, están relacionados con procesos fisiológicos anómalos, como una menstruación prematura o el desarrollo de cáncer de mama o de próstata.

Los “disruptores endocrinos” se transmiten también a través de las aguas residuales y se hallan en productos de uso diario, como leche industrial o pesticidas aplicados a cultivos.

4. Disminución del consumo de carne

Una disminución del consumo de carne y del desperdicio alimentario reducirá un 50 % la necesidad de producir alimentos.

Esa menor necesidad de producir alimentos afectaría, además, a los más de 9.000 millones de habitantes que se calcula que habrá en el mundo en 2050.

Por consiguiente, unas dietas saludables con menos carne, combinadas con sistemas efectivos de recogida de residuos, pueden aumentar la productividad laboral y reducir la necesidad de tierra para agricultura destinada a la alimentación del ganado.

En total, el 33% de los alimentos van a la basura en los países desarrollados.

5. Acuerdo global

Urge un acuerdo global para reducir los 8 millones de toneladas de plástico arrojadas cada año a los océanos.

Aunque los datos sobre los océanos tienen muchas lagunas por la falta de bases de datos globales, se han detectado microplásticos en todos los océanos del mundo e incluso en el hielo del Ártico.

Por último, los deshechos marinos, de los cuales los plásticos representan un 75 %, son una amenaza importante para la biodiversidad.

Fuente: EFE, Javier López de Benito / EnergyNews,

Artículo de referencia: https://www.energynews.es/informe-mundial-de-medioambiente-de-la-onu/,



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