Al menos de momento. Bruselas abrió hace unos meses expendientes contra nueve países por incumplimientos de la normativa comunitaria relativa a la contaminación del aire. España estaba en ese furgón de cola. Bruselas ha anunciado este jueves que llevará al Tribunal de Justicia de la UE a seis de ellos: las cuatro grandes potencias continentales (Alemania, Francia, Italia y Reino Unido) más dos países del Este, Rumanía y Hungría. España se libra por el momento -junto a Eslovaquia y República Checa- tras los planes presentados ante la Comisión Europea para cumplir la directiva, aunque el brazo ejecutivo de la UE advierte que seguirá vigilante, según tres fuentes europeas.

El comisario Karmenu Vella anunció en enero que en ausencia de medidas "habrá consecuencias legales". Madrid y Barcelona presentan incumplimientos crónicos de los niveles de contaminación, pero Bruselas considera que los planes presentados son un punto de inflexión y pueden aportar soluciones "si se aplican totalmente y de forma inmediata", según el comisario. Vella ha anunciado a mediodía que la Comisión lleva a los seis países citados a la corte de justicia europea por "violación persistente de las normas de calidad del aire". "Los Estados miembros ya han recibido suficientes ultimátums en los últimos años para mejorar la situación, y hay que conseguir mejoras de forma más rápida", ha dicho.

Junto con las demandas por no haber respetado los límites de calidad del aire y no haber presentado medidas, Bruselas da un nuevo toque de atención a Alemania, Italia, Luxemburgo y Reino Unido "por haber ignorado las normas de homologación" en el caso de los vehículos. "Los fabricantes que sigan incumpliendo la legislación deben asumir las consecuencias de sus malas prácticas", ha afirmado la comisaria de Industria, Elzbieta Bienkowska. 

Bruselas ha enviado hoy nuevas cartas de emplazamiento para obtener detalles de las investigaciones nacionales y los procedimientos relativos a estos incumplimientos. Alemania no se da por aludida, pese a que se han descubierto nuevos casos de irregularidades en el sistema de gestión del motor de diversos vehículos diésel (Porsche Cayenne, Volkswagen Tuareg y varios modelos de Audi, como el A6 y A7)

En febrero, Bruselas envió una advertencia a España por la contaminación del aire: se centraba en los límites legales de dióxido de nitrógeno -tristemente famoso por las trampas de los fabricantes de vehículos alemanes y el más problemático por los problemas respiratorios que puede provocar-, en especial en Madrid y Barcelona. Pero España tiene abiertos también expedientes por incumplimientos en los umbrales de las llamadas partículas PM10, que proceden tanto del tráfico como de actividades industriales. 

Pese a la reiteración de los incumplimientos, el Gobierno acudió a finales de enero a una reunión con el ejecutivo europeo, y la propuesta presentada ha sido suficiente para evitar males mayores. Al menos de momento. Sobre España, "las medidas previstas por el Gobierno, de acuerdo con la información recibida por la Comisión tras la cumbre ministerial sobre calidad del aire, parecen ser las adecuadas para hacer frente a las carencias detectadas, siempre y cuando se ejecuten correctamente". "La Comisión continuará supervisando de cerca la ejecución de dichas medidas, así como su eficacia para mejorar la situación lo antes posible", cierra un comunicado.



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