La población urbana en América Latina y el Caribe se ha triplicado en los últimos 40 años, superando los 588 millones de personas. La región constituye así el área con mayor proporción de población urbana (cerca del 85%) de todas las regiones en desarrollo, y la segunda región más urbanizada del mundo.

Las pequeñas y medianas ciudades son, en particular, las que registran el más rápido crecimiento y representan a la vez la mayor oportunidad de poner en práctica la planificación necesaria para promover un desarrollo sostenible. Los desafíos que tal crecimiento acarrea para las ciudades fueron debatidos por expertos de gobierno, academia, sector privado y sociedad civil, convocados en la ciudad de Panamá por el Sistema de las Naciones Unidas en América Latina y el Caribe, en cooperación con la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y el Gobierno de Panamá, en un evento paralelo a la XXIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno.

El encuentro Ciudades sostenibles para el bienestar de todas y todos  tuvo como orador principal al ex alcalde de Bogotá Antanas Mockus, y contó con la participación de expertos internacionales en temas tales como crecimiento, financiamiento, seguridad y resiliencia de ciudades.

En la conferencia principal, el ex alcalde de Bogotá señaló que “sostenibilidad es poder ofrecerle a las nuevas generaciones condiciones iguales o mejores a las que gozamos actualmente”. Antanas Mockus destacó como prioridades la búsqueda de la igualdad, la equidad y el ejercicio de los derechos para lograr una seguridad ciudadana basada en el derecho a vivir sin miedo.

Por su parte, el Secretario General de la SEGIB, Enrique Iglesias, subrayó que el tema de las ciudades es fundamental, especialmente en nuestra región, y añadió que el mundo del futuro será de ciudades.

En el foro también participaron representantes de diversos sectores de la región iberoamericana, comentando sobre tres áreas temáticas principales: crecimiento y sostenibilidad, financiamiento, y seguridad y resiliencia. Entre otros, Angela Maria Mesquita Fontes (Secretaria Adjunta de Articulación Institucional y Acciones Temática, Río de Janeiro, Brasil); Manuel Olivera (Clinton Foundation); Juan Antonio Sosa (Vicepresidente de Infraestructura, CAF); Jessica Díaz-Avelar (Prudential Real Estate Investors Latam); Gustavo Riofrio (asesor Alcaldía de Lima, Perú); Carlos Molina (experto en Desarrollo Urbano Sostenible); Gaudy Morera (Viceministra de Descentralización y Desarrollo Local, Costa Rica), y Patricia Reinosa (Directora de Planificación y Gestión de Recursos de la Secretaría de la Integración Social Centroamericana, SISCA). Las conclusiones y recomendaciones estuvieron a cargo de la Directora Regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) para América Latina y el Caribe, Marcela Suazo, mientras la clausura del evento contó con las palabras del Presidente del Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de América Latina y el Caribe (UNDG LAC) y Director para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Heraldo Muñoz.

“Esta realidad hace que los desafíos del desarrollo sostenible, las políticas públicas inclusivas y la resiliencia sean aún mayores, particularmente a la luz de desigualdades que persisten y dificultan la reducción de la pobreza”, señaló el Sistema de las Naciones Unidas en la región.

Diversos estudios patrocinados por la agencias y programas de la ONU muestran que existe una fuerte relación entre la calidad de vida en las ciudades y cómo estas basan su desarrollo tomando en cuenta sus dinámicas de población, planifican su distribución territorial y gestionan los recursos naturales disponibles. Ciudades con mayores niveles de eficiencia en el uso de recursos combinan una mayor productividad e innovación, con menores costos e impactos ambientales, al tiempo que generan condiciones para que las personas puedan acceder a mayores oportunidades y mejor calidad de vida.

El crecimiento en las ciudades, en especial las ciudades intermedias (de uno a cinco millones de habitantes), ha propiciado la segregación y la polarización socio-espacial, es decir que en un mismo espacio territorial conviven infraestructura y servicios de alta calidad y alto costo para un sector de la ciudadanía, con asentamientos precarios que no cuentan con servicios básicos y que están densamente poblados. Esto responde no sólo al continuo crecimiento de las ciudades sino también a la falta de planificación para el uso adecuado de la tierra, la persistencia de la pobreza y las profundas brechas de desigualdad.

“La sostenibilidad urbana se ve amenazada por una serie de cambios que están estrechamente vinculados a las variadas demandas y necesidades de la población, al incremento de la vulnerabilidad, al cambio climático, a los cambios demográficos y a los nuevos modelos de gobernabilidad. Trabajar con un enfoque inter e intra generacional, de género, de sostenibilidad y de equidad ofrece nuevas oportunidades para la democratización de la gobernabilidad municipal, la transversalización de género, la disminución de la violencia (en general, y la que se ejerce contra mujeres y niñas en particular), y la reducción de la pobreza, a través de servicios de calidad y procesos efectivos y oportunidades para todos”, señalaron las agencias y programas de la ONU. “Ante el crecimiento previsto de la población urbana y los impactos de la degradación ambiental y del cambio climático resulta fundamental asegurar que las regiones metropolitanas y ciudades apliquen políticas de planificación, diseño y gestión urbanas sostenibles”, agregaron las agencias.



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