El planeta Venus es un infierno envuelto en una espesa capa de dióxido de carbono y ácido sulfúrico, donde la superficie alcanza temperaturas de 400ºC. Unas condiciones imposibles para la vida.

Pero, ¿fue siempre así? Hace cuarenta años, la misión Pioneer de la NASA encontró fuertes indicios de que este «hermano malvado» de la Tierra pudo haber tenido una vez un océano líquido poco profundo.

Ahora, dos investigadores del Instituto Goddard de Ciencia Espacial han desarrollado cinco simulaciones asumiendo diferentes niveles de cobertura de agua para ver hasta qué punto ese mundo vecino pudo ser mucho más amable que el actual, quizás incluso un gemelo del nuestro.

En los cinco escenarios, descubrieron que Venus podía mantener temperaturas estables entre un máximo de 50º C y un mínimo de 20º C durante aproximadamente 3.000 millones de años.

Incluso podría haberse mantenido un clima templado en Venus hoy en día si no hubiera producido una serie de eventos que causaron una liberación de dióxido de carbono almacenado en las rocas del planeta hace aproximadamente 700-750 millones de años.

«Nuestra hipótesis es que Venus pudo haber tenido un clima estable durante miles de millones de años. Es posible que un evento de reforma casi global sea responsable de su transformación de un clima similar al de la Tierra al infernal invernadero que vemos hoy», señala Michael Way, del Instituto Goddard, quien ha presentado sus conclusiones en una reunión astrónomica celebrada estos días en Ginebra, Suiza.

Océano profundo

Tres de los cinco escenarios estudiados por los investigadores asumían la topografía de Venus como la vemos hoy y consideraban un océano profundo con un promedio de 310 metros, una capa de agua poco profunda con un promedio de 10 metros y una pequeña cantidad de agua encerrada en el suelo.

A modo de comparación, también incluyeron un escenario con la topografía de la Tierra y un océano de 310 metros y, finalmente, un mundo completamente cubierto por un océano de 158 metros de profundidad.

Para simular las condiciones ambientales hace 4.200 millones de años, hace 715 millones de años y hoy, los investigadores adaptaron un modelo de circulación general en 3D para dar cuenta del aumento de la radiación solar a medida que nuestro Sol se ha calentado durante su vida útil, así como de los cambios en las composiciones atmosféricas.

Aunque muchos investigadores creen que Venus está más allá del límite interior de la zona habitable de nuestro Sistema Solar y está demasiado cerca del Sol para soportar agua líquida, el nuevo estudio sugiere que este podría no ser el caso.

«Venus tiene actualmente casi el doble de radiación solar que tenemos en la Tierra. Sin embargo, en todos los escenarios que hemos modelado, hemos encontrado que Venus aún podría soportar temperaturas superficiales susceptibles de agua líquida», afirma Way.

Efecto invernadero desbocado

Hace 4.200 millones de años, poco después de su formación, Venus habría completado un período de enfriamiento rápido y su atmósfera habría estado dominada por dióxido de carbono. Si el planeta evolucionó de forma similar a la Tierra en los siguientes 3.000 millones de años, el dióxido de carbono habría sido arrastrado por rocas de silicato y bloqueado en la superficie.

En la segunda época, modelada hace 715 millones de años, la atmósfera probablemente habría estado dominada por nitrógeno con trazas de dióxido de carbono y metano, similar a la Tierra actual, y estas condiciones podrían haber permanecido estables hasta la actualidad.

La causa de la liberación de gas que condujo a la drástica transformación de Venus es un misterio, aunque probablemente esté relacionado con la actividad volcánica del planeta. Una posibilidad es que grandes cantidades de magma burbujearon, liberando dióxido de carbono de las rocas fundidas a la atmósfera.

El magma se solidificó antes de llegar a la superficie y esto creó una barrera que significaba que el gas no podía reabsorberse. La presencia de grandes cantidades de dióxido de carbono desencadenó un efecto invernadero desbocado, lo que ha resultado en la abrasadora temperatura promedio de 462º que se encuentra hoy en Venus.

«Algo sucedió en Venus, donde se liberó una gran cantidad de gas a la atmósfera y las rocas no pudieron volver a absorberlo. En la Tierra tenemos algunos ejemplos de desgasificación a gran escala, por ejemplo, la creación de los traps siberianos hace 500 millones de años, que está vinculada a una extinción masiva, pero nada a esta escala. Transformó completamente Venus», dice Way.

Más misiones en Venus

Según los autores, todavía hay dos incógnitas importantes que deben abordarse antes de que la pregunta de si Venus podría haber sido habitable pueda responderse por completo.

El primero se relaciona con la rapidez con que Venus se enfrió inicialmente y si fue capaz de condensar agua líquida en su superficie en primer lugar. La segunda incógnita es si el evento global que le cambió la cara fue único o simplemente el último de una serie de eventos que se remontan a miles de millones de años en la historia de Venus.

«Necesitamos más misiones para estudiar Venus y obtener una comprensión más detallada de su historia y evolución», asegura Way.

«Sin embargo, nuestros modelos muestran que existe una posibilidad real de que Venus pudiera haber sido habitable y radicalmente diferente del que vemos hoy. Esto abre todo tipo de implicaciones para los exoplanetas que se encuentran en la llamada ‘Zona de Venus‘, que de hecho puede albergar agua líquida y climas templados».

Fuente: ABC,

Artículo de referencia: https://www.abc.es/ciencia/abci-pudo-venus-haber-sido-habitable-201909240156_noticia.html,



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