¿No las hemos detectado porque no existen o porque nuestra tecnología no es adecuada? ¿Es que las distancias son demasiado grandes? ¿Qué huellas debemos buscar? Aparte de la clásica idea de rastrear sus ondas de radio, algunos proponen buscar la sombra de sus satélites en las estrellas lejanas. Los investigadores se han planteado la idea de buscar sus restos en lugares inertes del Sistema Solar e incluso se han planteado si podrían haber existido en la Tierra civilizaciones avanzadas anteriores a la humana.

Un reciente estudio publicado en ArXiv y enviado a la International Journal of Astrobiology se plantea una nueva hipótesis que quizás podría ayudar en la búsqueda, o al menos explicar por qué no hemos contactado con ellos si la Vía Láctea es tan enorme. Los investigadores sugieren que las civilizaciones extraterrestres no pueden recorrer la distancia que les separa de nosotros por un sencillo motivo: la gravedad.

"El vuelo espacial debería de ser exponencialmente más caro en los planetas más masivos", ha dicho para Space.com Michael Hippke, un investigador independiente afiliado al Observatorio Sonneberg, en Alemania. "Por tanto, tales civilizaciones no tendrían televisión por satélite, misiones a la Luna o un telescopio espacial Hubble".

Habitantes de súper-tierras

La aceleración de la gravedad impone un alto coste a los lanzamientos de los cohetes en la Tierra, pero sin duda es menor a la que hay en mundos más masivos. Las misiones de búsqueda de exoplanetas, mundos situados más allá del Sistema Solar, han encontrado muchos planetas grandes, como Júpiter, algunos comparables a la Tierra y otros que tienen un tamaño intermedio, y a los que se conoce como súper-tierras. Estos son rocosos y tienen una masa al menos diez veces superior a la de la Tierra.

Se considera que las súper-tierras pueden albergar vida. Puede que sea cierto, pero, tal como sostiene Hippke, el tirón gravitacional de estos mundos limitaría considerablemente el desarrollo espacial, y quizás general, de dichas civilizaciones. Por ejemplo, si los habitantes de una súper-tierra quisieran viajar al equivalente a su Luna, deberían construir un cohete Júpiter de 440.000 toneladas para transportar el combustible necesario para dejar al planeta atrás.

Este investigador se ha dedicado calcular cómo deberían de ser las naves en mundos más masivos y más grandes que la Tierra. Por ejemplo, en Kepler-20b, una súper-tierra un 70 por ciento mayor que la Tierra y 10 veces más pesada, la velocidad de escape (la velocidad que se debe alcanzar para poder entrar en órbita) es 2,4 veces mayor que en nuestro planeta.

Desde la superficie de la Tierra esta velocidad es de 40.270 kilómetros por hora, así que en Kepler-20b habría una velocidad de escape de 96.648 kilómetros por hora. Esto multiplica exponencialmente el gasto de combustible y el tamaño de la nave.



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