Unas imágenes tomadas por el orbitador LRO (Lunar Orbiter Reconnaissance Orbiter) revelaron en 2010 que la Luna se había encogido como si fuera una pasa a medida que su interior se enfriaba: se redujo cien metros en los últimos mil millones de años.

Los instrumentos de la sonda también descubrieron que ese proceso había dejado sobre la quebradiza superficie de nuestro satélite más de una docena de escarpes desconocidos hasta entonces que demostraban la existencia de seísmos lunares.

¿Todavía sucede? ¿Sigue la Luna menguando y sufriendo terremotos? Un equipo de investigadores dirigidos por la Institución Smithsonian en Washington cree que sí. Los astronautas de las misiones Apolo 11, 12, 14, 15 y 16 colocaron cinco sismómetros en la superficie de la Luna.

El del Apolo 11 operó solo durante tres semanas, pero los cuatro instrumentos restantes registraron 28 terremotos lunares poco profundos, el tipo producido por fallas tectónicas, desde 1969 hasta 1977. En la Tierra, los temblores habrían tenido una magnitud de aproximadamente de 2 a 5.

Utilizando un nuevo algoritmo, los investigadores encontraron que los epicentros de ocho de esos sismos se encontraban dentro de 30 kilómetros alrededor de las fallas de empuje (donde una sección de la corteza se empuja hacia arriba sobre otra sección adyacente) visibles en las imágenes del LRO.

Los barrancos, de decenas de metros de alto y unos pocos kilómetros de largo, podían haber sido causados por una verdadera actividad tectónica y no por impactos de asteroides o ruidos profundos en el interior de la Luna.

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En su apogeo

Además, seis de los terremotos ocurrieron cuando la Luna estaba en o cerca de su apogeo, el punto en su órbita en el que se encuentra más lejos de la Tierra. Según explican los autores en la revista «Nature Geoscience», la tensión de marea adicional de la gravedad de la Tierra pudo favorecer los movimientos tectónicos.

Aunque los instrumentos de los Apolo registraron su último terremoto poco antes de que se retiraran en 1977, los investigadores creen que la Luna puede seguir experimentando terremotos en la actualidad.

La prueba es que las imágenes del orbitador también muestran evidencias de movimientos de escarpes geológicamente recientes, como deslizamientos de tierra y caídas de cantos rodados.

«Es muy probable que las fallas aún estén activas hoy. No es frecuente ver tectónicas activas en ningún otro lugar que no sea la Tierra, por lo que es muy emocionante pensar que estas fallas aún pueden producir sismos lunares», señala Nicholas Schmerr, profesor asistente de geología en la Universidad de Maryland y coautor del estudio.

Volver a la Luna

La LRO ha fotografiado más de 3.500 escarpes de este tipo en la Luna desde que comenzó a funcionar en 2009. Algunas de las fotos muestran señales recientes de caídas de rocas, lo que sugiere que los temblores las enviaron rodando por las pendientes.

Pero esas pistas se borrarán relativamente rápido, en términos de tiempo geológico, por la lluvia constante de impactos de micrometeoritos en la Luna. Con casi una década de imágenes del LRO disponibles y más en camino en los próximos años, el equipo buscará ahora pruebas de terremotos recientes.

«Para mí, estos hallazgos enfatizan que tenemos que volver a la Luna», afirma Schmerr. «Aprendimos mucho de las misiones Apolo, pero en realidad solo arañaron la superficie. Con una red más grande de sismómetros modernos, podríamos hacer grandes progresos en nuestra comprensión de la geología lunar. Esto puede proporcionar algunos frutos muy prometedores para la ciencia en una futura misión a la Luna», concluye.

Fuente: Judith de Jorge / ABC,

Artículo de referencia: https://www.abc.es/ciencia/abci-luna-tiembla-y-sigue-menguando-201905132110_noticia.html,



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