El pasado 26 de noviembre, al mismo tiempo que la NASA lanzaba desde Cabo Cañaveral el rover Curiosity camino de Marte, en la zona de Río Tinto (Huelva) se dio inicio a la fase de perforación del proyecto Vida Subterránea en la Faja Pirítica Ibérica (IPBSL, por sus siglas en inglés). El objetivo: buscar el tipo de vida microbiana responsable de las características inusuales del río rojo, la cual pudiera desarrollarse en el subsuelo de Marte y ser responsable de algunas de las características detectadas en dicho planeta, como la presencia de sulfatos (jarosita) y óxidos de hierro (hematites), o la generación del metano recientemente detectado en su atmósfera.

Dicha fase de perforación, que se desarrollará durante los próximos meses, es heredera del proyecto MARTE, el cual fue llevado a cabo por el Centro de Astrobiología (CAB) y la NASAentre 2003 y 2006 en la Faja Pirítica, extensa zona geográfica que se extiende a lo largo de gran parte del sur de la Península Ibérica.

El proyecto IPSSL – liderado por el Dr. Ricardo Amils, catedrático de microbiología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en colaboración con el CAB - pretende caracterizar en profundidad los ecosistemas detectados durante el desarrollo del proyecto MARTE, los cuales son responsables del característico ácido sulfúrico e ión férrico que le dan al Río Tinto su singular coloración.

Dicho proyecto está financiado por el programa “Ideas” de la Fundación Europea para la Ciencia durante cinco años, y planea, además del estudio geofísico que ha permitido detectar las zonas de mayor interés geomicrobiológico, la campaña de perforación que se está desarrollando en Peña de Hierro en los terrenos de la Fundación Río Tinto, la toma de muestras para estudios geológicos y microbiológicos, así como la posterior distribución de sondas en los pozos que permitirán medir en tiempo real las actividades metabólicas más interesantes detectadas en el subsuelo de la Faja Pirítica.

Río Tinto se considera uno de los mejores análogos geoquímicos terrestres de Marte, y es indudable el interés que este tipo de estudios ha despertado en la comunidad astrobiológica internacional. Esta claro que los datos generados por IPBSL servirán para evaluar con mayor precisión la posibilidad de que la vida se haya o se esté desarrollando en el planeta rojo, en perfecta sintonía con los datos que generará el rover Curiosity que el pasado 26 de noviembre empezó su singladura espacial camino de Marte.



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