Un estudio publicado esta semana en Current Biology muestra que los icebergs están dañando el fondo del mar al desplazarse cerca de la costa occidental de la Península Antártica (PA-O). Este movimiento altera enormemente el vibrante ecosistema del fondo marino.

La revista Science informa de que el «hielo rápido» normalmente retiene los icebergs en invierno. No obstante, el calentamiento regional debido al cambio climático hace que sean menos los días del año en los que se produce hielo rápido y, por tanto, los icebergs pueden acercarse hasta aguas poco profundas.

Tal y como se puede leer en el resumen de Cell Biology: «Durante el último medio siglo se han producido en la Península Antártica pérdidas enormes de hielo oceánico, han menguado los glaciares y se han desintegrado los mantos de hielo, todo ello en paralelo a un proceso reciente de rápido calentamiento de la región. Un aumento en los desprendimientos de glaciares y mantos de hielo (acompañado de una cantidad menor de hielo invernal) aumentará el daño que sufre el fondo marino, hogar de la mayoría de las especies de la Antártida».

Según se indica en Science, cuando los icebergs flotan en aguas someras, «tallan cortes enormes en el hábitat de animales invertebrados, tentaculares y de colores vibrantes que cubren el fondo».

En Science se explica el método mediante el que el equipo al cargo del estudio observó la distribución espacial, la diversidad y las interacciones entre e intra especies desde 1997 hasta 2013 y los daños causados por el hielo cada año. Los resultados de la investigación son «preocupantes», según la revista.

La mayoría de las especies no logró recuperarse de la cada vez mayor invasión de hielo. No obstante, una especie concreta, un animal con apariencia de musgo adherido a las rocas, sobrevivió repetidamente y se impuso a otras especies. También según Science: «El estudio sacó a relucir que ahora posee prácticamente un monopolio en la zona y que podría hacer que la región al completo se volviera más vulnerable a especies invasoras».

Probablemente el resultado más desalentador de este trabajo es un informe de un estudio de inmersión realizado en 2013 en un emplazamiento cercano (Lagoon Island). En él se observaron grandes superficies en las que no existía ni macro ni megafauna, un hecho inédito desde 1997, cuando los buzos empezaron a visitar periódicamente la zona con fines científicos».

El equipo predice que el calentamiento probablemente aumentará la mortalidad causada por los icebergs y contribuirá a que se asienten especies alóctonas, con consecuencias nefastas. El estudio publicado en Current Biology concluye que las superficies duras en zonas someras se desertificarán «y se cubrirán de especies de colonización rápida y carroñeros».



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