Si la plataforma helada del mar Ártico comienza a fundirse con rapidez, los osos polares y las focas no serán los únicos en notarlo: Un estudio publicado el martes sugiere que podría provocar un aumento de las temperaturas cientos de kilómetros tierra adentro.

Eso se traduciría en un posible deshielo en la tierra helada conocida como permafrost, que a su vez podría tener graves efectos sobre diversos ecosistemas, infraestructuras humanas como plataformas y conductos de petróleo, y la liberación de más gases de efecto invernadero en Rusia, Alaska y Canadá, según los científicos.

"Hay una interconexión en el Ártico", explicó David Lawrence, del Centro nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos y uno de los autores del estudio. "Cuando el hielo del mar retrocede, y retrocede muy deprisa, afecta a otras partes del sistema, por ejemplo elevando las temperaturas en tierra. Y el ascenso de las temperaturas en tierra también puede acelerar la degradación del permafrost".

El estudio es especialmente pertinente debido al deshielo récord que se registró el año pasado en el hielo ártico. Se ha previsto otra fusión de hielo récord para este año, aunque se desconoce si se trata del inicio de una tendencia.

En este periodo de rápida pérdida de hielo, las temperaturas otoñales en las costas árticas de Rusia, Alaska y Canadá podrían elevarse hasta en 5 grados centígrados, según el modelo climático del estudio. El otoño es a menudo la temporada más cálida en esta zona.

Los científicos han hallado que cuando el hielo se derrite con rapidez, las tierras árticas se calienten tres veces y medio más deprisa del ritmo previsto en los modelos climáticos del siglo XXI. El calentamiento es mayor en el océano, pero las simulaciones apuntan a que podría extenderse unos 1.400 kilómetros tierra adentro.

En las zonas en las que el permafrost ya está en peligro, como en el centro de Alaska, un deshielo rápido podría deshelar también con rapidez esta tierra congelada.

Los efectos del deshielo ya son evidentes en algunas zonas de Alaska, indicaron los científicos, donde los pedazos de tierra colapsan cuando el hielo que contienen se derrite, deformando el firme de autopistas, desestabilizando casas y haciendo oscilar los árboles en un fenómeno conocido como bosques borrachos , y que se produce cuando cede la tierra en la que hunden sus raíces.

El estudio se publicará el viernes en la revista Geophysical Research Letters.



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