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En África, el cambio climático ya está agravando la malnutrición, aumentando la transmisión de enfermedades como la malaria y forzando desplazamientos a gran escala.

A dos semanas de la cumbre climática de la ONU (COP27) en Egipto, más de 250 publicaciones médicas, 50 de ellas africanas, han instado a los países ricos a financiar con más recursos la respuesta a este problema en la región. “La crisis climática es producto de la inacción global”, dicen en una editorial conjunta publicada en revistas científicas como The Lancet, y exigen medidas, aunque solo sea para evitar que, “tarde o temprano, las crisis en África alcancen todos los rincones del globo”.

África

El continente es responsable de un 3% de los gases de efecto invernadero emitidos desde la revolución industrial, pero es uno de los más afectados por el calentamiento global. También vive una explosión demográfica —para 2050, una de cada cuatro personas en el mundo será africana— y tiene una de las mayores tasas de desertificación.

“Los efectos agudos y crónicos de la crisis climática crean problemas como la pobreza, las enfermedades infecciosas, las migraciones forzadas y el conflicto, que se extienden en sistemas globalizados”, explica la editorial. “Dejar a los países a merced de impactos medioambientales ocasiona una inestabilidad que tiene consecuencias graves para todas las naciones”.

Según el texto, las sequías en África subsahariana se han multiplicado por tres en las últimas cuatro décadas, y el aumento del nivel del mar está reduciendo la calidad del agua dulce y aumentando las diarreas, que son la principal causa de mortalidad en el continente. Al mismo tiempo, las inundaciones y la falta de higiene están incrementando los casos de enfermedades como el dengue, la malaria y el ébola, y las catástrofes naturales están dañando las provisiones de agua y de alimentos. La malnutrición ha aumentado casi un 50% desde 2012, según la FAO.

Finanzas climáticas para África en la COP27

El cambio climático exacerba la competencia por recursos naturales cada vez más escasos como suelos fértiles, pastos y agua, y la búsqueda de nuevos horizontes para sobrevivir. Y si nada cambia, dentro de 50 años el 19% de las tierras del mundo serán demasiado cálidas para ser habitables, frente al 1% actual. Más población, menos recursos. “Si no actuamos, la crisis [africana] será muy pronto un problema de todos”, afirma Lukoye Atwoli, rector del Medical College East Africa y director asociado del Brain and Mind Institute.

La editorial, coordinada por la coalición de instituciones de salud UK Health Alliance on Climate Change, urge a los países de altos ingresos a destinar más dinero a la respuesta climática en África. De entrada, pide que cumplan el compromiso adquirido en 2009 de financiar con 100.000 millones de dólares anuales (unos 101.592 millones de euros) la acción climática en países en vías de desarrollo. También llama a crear un fondo de pérdidas y daños para compensar a los países que menos han contribuido a las emisiones de gases de efecto invernadero, pero que más sufren sus efectos, una cuestión polémica que quedó sin resolver durante la COP26 en Glasgow.

COP26

Las recientes inundaciones en Pakistán, por ejemplo, han destruido más de 700.000 hogares y afectado a unos 33 millones de personas, avivando el debate sobre este fondo de cara a las negociaciones climáticas de este noviembre. En el evento también se buscará corregir el desequilibrio entre los fondos que se aportan para ayudar a los países a mitigar el cambio climático —básicamente, reduciendo las emisiones— y para a adaptarse a sus efectos, por ejemplo, sembrando variedades de cultivos más resistentes a la sequía.

La COP26 acordó duplicar los fondos destinados a adaptación hasta los 40.000 millones de dólares para 2025. Sin embargo, la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed, señaló este octubre que dicho importe es “solo una fracción de los 300.000 millones de dólares anuales que los países en vías de desarrollo necesitan hasta 2030 para adaptarse al cambio climático”.

Esperanza

Como nota positiva, la editorial de las revistas científicas señala el progreso que África y otras regiones han realizado en materia de adaptación, como mejorar los sistemas de alerta temprana y las infraestructuras para proteger a las poblaciones vulnerables de los eventos meteorológicos extremos.

La Agencia de las Naciones Unidas para El Medio Ambiente (PNUMA), por su parte, propone diez cosas que los ciudadanos pueden hacer para poner su grano de arena más allá de las negociaciones climáticas. Entre ellas está mantener la presión a políticos y empresas para que el sector público y el privado reduzcan sus emisiones; apostar por transportes alternativos al coche, controlar el consumo de energía; no desperdiciar alimentos, así como comprar menos ropa y usarla más tiempo.

Fuente: GLÒRIA PALLARÈS / EL PAÍS

Artículo de referencia: https://elpais.com/planeta-futuro/2022-10-19/el-cambio-climatico-ya-empeora-la-salud-y-las-migraciones-en-africa.html



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