Un insólito vídeo de una tigresa y sus juguetonas crías captado en China por una cámara trampa de WWF a 30 kilómetros de la frontera rusa es la prueba de que los tigres siberianos -también llamados tigres de Amur- están volviendo a China. Las imágenes infrarrojas son el primer vídeo de una familia de tigres siberianos capturado a tanta distancia de la frontera rusa. 

Hasta ahora, el único indicio de tigres siberianos tan lejos de la zona fronteriza había sido alguna huella dispersa. El vídeo de WWF de la familia de tigres es el resultado de décadas de esfuerzos de conservación, dirigidos a conseguir una población reproductora dentro de China.

Las dos estrellas del vídeo de 10 segundos –cachorros de tigre a los que aún hay que ponerles nombre- tienen alrededor de un año y medio, según los expertos. “Este vídeo demuestra que las poblaciones de tigre de Amur están expandiéndose poco a poco hacia el interior de China, y que están asentándose”, ha dicho el responsable del Programa de Grandes Felinos de WWF-China, Shi Quanhua. “Para lograr estas asombrosas imágenes han hecho falta muchos años de trabajo de conservación, estableciendo áreas protegidas, reforzando las poblaciones de las presas del tigre, e instalando más de cien cámaras infrarrojas en áreas casi inaccesibles”, ha añadido.

La falta de presas suponía una de las mayores amenazas para los tigres de Amur, y los esfuerzos de WWF en la zona se han centrado en recuperar las poblaciones de animales presa –como los ciervos-, a través de restauración del hábitat y la lucha contra el furtivismo. Como parte del Plan de Conservación del Tigre de Amur de WWF, también se ha promovido la protección de corredores ecológicos que permiten a los tigres moverse sin problemas por China. “Con este vídeo único, queda claro que los esfuerzos están dando sus frutos”, ha dicho Shi. El trabajo de WWF en la zona cuenta con el apoyo del Departamento de Bosques de la provincia de Jilin.

Los tigres de Amur habitaron el norte de China, el lejano este de Rusia y la Península de Corea. En la década de 1940, la caza los dejó al borde de la extinción con menos de 40 ejemplares sobreviviendo en libertad. Rusia fue el primer país que declaró la estricta protección de la especie, salvándola de la extinción y llevando su población global hasta los aproximadamente 400 ejemplares salvajes de la actualidad. La mayoría viven en Rusia, y se calcula que entre 18 y 20 individuos adultos habitan en la zona fronteriza con China.

WWF está trabajando con todos los países donde viven los tigres para alcanzar el “Tx2”, la meta global para doblar la población de tigres salvajes de cara a 2022, el próximo año chino del Tigre. Los tigres están muy amenazados, con apenas 3.200 sobreviviendo en libertad. Los países se han comprometido a publicar una nueva cifra global de la población de tigres en 2016, a medio camino del “Tx2”. 



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