Suráfrica ha levantado la prohibición de cazar elefantes en su territorio, vigente desde 1995. Según las autoridades, la decisión busca limitar el número de elefantes africanos, que se ha duplicado en los últimos 13 años al no tener depredadores naturales. En el país hay 18.000 ejemplares, frente a los 300.000 que viven en el sur de África -la mitad de los elefantes del continente-. A juicio del Gobierno surafricano, la sobrepoblación de paquidermos puede suponer daños en los cultivos y en las infraestructuras , además de un aumento de los ataques a seres humanos.

Para las organizaciones conservacionistas, sin embargo, el inicio de la veda puede animar el mercado negro de marfil y provocar un efecto dominó en otros países africanos. En el congoleño Parque Nacional de Virunga, por ejemplo, han muerto 17 elefantes en las últimas tres semanas, según WildlifeDirect, a causa de los ataques de soldados, milicianos y furtivos. A juicio del director de esta organización, Emmanuel de Merode, este recrudecimiento de la caza ilegal es parte de una matanza generalizada en la cuenca del río Congo.

Demanda masiva en China

El aumento de la caza es el resultado de diferentes factores en la escena internacional: la liberalización del mercado de marfil, impulsada por Suráfrica, y la mayor presencia de agentes chinos en el terreno, que alimentan una demanda masiva en su país de origen , sostiene De Merode.

La caza ilegal de elefantes no es, ni mucho menos, el principal problema sobre la mesa de las autoridades en la República Democrática del Congo. La llamada Guerra del coltán, finalizada formalmente en 2003, causó la muerte de más de cinco millones de personas y todavía hay hostilidades entre el ejército y las milicias. Los rebeldes ocuparon el año pasado la zona sur del Parque de Virunga, hogar de una población de 350 elefantes, la décima parte de los que había hace 50 años.

Para WildlifeDirect, el fin de la moratoria de caza en Suráfrica aumenta la preocupación por un regreso al comercio internacional de marfil visto en las décadas de 1970 y 1980 . Según la ONG, la decisión de las autoridades surafricanas ha llegado a oídos de los grupos armados presentes Virunga, que ven una oportunidad para aumentar su financiación a través del tráfico de colmillos de elefante.

La organización WWF ha recibido la resolución surafricana con cautela, pero otros grupos conservacionistas, como Animal Rights Africa, están dispuestos a promover un boicot al turismo, para evitar que el levantamiento de la prohibición pueda repetirse en otros países de la región.



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