Buitres

Identificar las amenazas que afectan a los buitres europeos para priorizar las medidas de conservación más indicadas y revertir la tendencia negativa de las poblaciones en todo el mundo era el eje de referencia de las Jornadas Internacionales para la Conservación de los Buitres de Europa, Asia Central y Oriente Medio que tuvieron lugar en octubre en el Parque Nacional de Monfragüe, en Extremadura. En el encuentro, que reunió a más de setenta participantes de veinticinco países y de más de cincuenta organizaciones distintas, participaron miembros del Equipo de Biología de la Conservación, vinculado al Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales y al Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Barcelona (IRBio).

Organizada por la Fundación para la Conservación de los Buitres (VCF), la jornada permitió iniciar la preparación del Plan de acción multiespecies para la conservación de los buitres de África y Eurasia (Vulture MsAP), de acuerdo con la resolución de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias (CMS). Este plan, que está previsto aprobar en agosto de 2017 con las aportaciones de expertos de Europa, África y Asia, será la herramienta fundamental para que todos los países firmantes de la convención apliquen medidas con el fin de conservar los buitres a escala mundial.

Poblaciones de rapaces amenazadas por el uso de venenos y tóxicos

El quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), el alimoche (Neophron percnopterus), el buitre negro (Aegypius monachus) y el buitre leonado (Gyps fulvus) son las cuatro especies de buitres europeos que centraron los contenidos de este foro científico. Estas especies, con un estado de conservación preocupante en todo el mundo, se enfrentan, además, a una grave amenaza: el uso de venenos por parte del hombre. Estas sustancias, que son ilegales en la mayoría de países, se emplean para eliminar directamente a los buitres, o bien actúan indirectamente cuando se utilizan para disminuir poblaciones de depredadores y otros animales silvestres.

La pérdida del hábitat natural, la disminución de la disponibilidad de alimento, la persecución directa, la interacción con los humanos, las colisiones con infraestructuras como los parques eólicos y las líneas eléctricas, y la electrocución son otros factores considerados de riesgo por los expertos que estudian la conservación de las poblaciones de buitres. Más recientemente, una nueva amenaza ha provocado una alarma preocupante: el uso veterinario del diclofenaco, un antiinflamatorio extremadamente tóxico que ha causado la muerte de más del 80 % de los buitres en Asia y comienza a causar estragos en África. Durante las jornadas, se manifestó una gran preocupación cuando se conoció la aprobación para distribuir este antiinflamatorio en España, el país del mundo con más buitres (cerca de 30.000 ejemplares).

El alimoche, una especie con éxito en Cataluña

Durante el foro se pudo conocer la situación de las distintas especies en cada uno de los países asistentes, y se pusieron en común las medidas de conservación que se aplican actualmente en las áreas de distribución de los buitres.

Cabe destacar las investigaciones que presentaron los expertos del Equipo de Biología de la Conservación Joan Real y Antonio Hernández Matías, y la doctora Helena Tauler, del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB y el IRBio, que indican el aumento excepcional de la población de alimoche en Cataluña durante los últimos treinta años. El Equipo de Biología de la Conservación de la UB desarrolla investigaciones con el objetivo de conocer los factores ambientales y antrópicos que determinan el crecimiento de la población catalana de alimoche, una línea de trabajo que permitirá aportar criterios y protocolos de conservación para frenar la regresión del resto de poblaciones que se encuentran en declive e intentar recuperarlas.

El alimoche, considerado una especie en peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), se encuentra en regresión en buena parte de su área de distribución mundial. La población de España, que es una de las más importantes del mundo (1.500 parejas), ha disminuido cerca de un 25 % en los últimos años, mientras que en Italia, Grecia y Bulgaria, la población de alimoche tiene carácter relicto y se encuentra muy amenazada. Por este motivo, potenciar la continuidad de las investigaciones sobre esta especie en Cataluña es un factor clave para su futuro.



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