Las poblaciones de aves o de mariposas que viven en hábitats abiertos se han visto perjudicadas por la pérdida sucesiva de prados o matorrales. En cambio, las que viven en áreas boscosas se han visto favorecidas. 
Estas variaciones se han relacionado con los cambios de paisaje que ha sufrido Cataluña y el conjunto del mediterráneo en las últimas décadas, según un nuevo estudio.
En las últimas décadas, el abandono de las prácticas agrícolas, forestales y ganaderas ha transformado el paisaje de Cataluña. Muchos de estos espacios abiertos ahora se han convertido en bosques cerrados o zonas urbanizadas.
Según un estudio liderado por Sergi Herrando, del Instituto Catalán de Ornitología (ICO), publicado en la revista Environmental Conservation, la pérdida progresiva de espacios naturales abiertos, como son los matorrales o los prados, ha perjudicado las poblaciones de aves y mariposas más típicas de estos hábitats.
Ejemplo de ello son el verdugo (Lanius meridionalis), un pájaro cada vez más amenazado de extinción en Cataluña, o la fúria (Erynnis tages), una pequeña mariposa con bajadas poblacionales de casi el 90% en los últimos 20 años.
"Las especies de aves y mariposas más forestales podrían estar desplazando a las especies de los espacios abiertos", comenta Brotons
Por otra parte, los investigadores catalanes observaron que estos cambios en el territorio favorecen a las especies que viven en los bosques o hábitats más cerrados, como el petirrojo (Erithacus rubecula) o la morena de los muros (Pararge aegeria).
"Estos resultados nos alertan de que las especies de aves y mariposas más forestales podrían estar desplazando a las especies de los espacios abiertos", comenta Lluís Brotons, investigador del CREAF y del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña.
Seguimiento de estos animales
El estudio se ha llevado a cabo en Cataluña donde el ICO y el Museo de Ciencias Naturales de Granollers trabajan en el seguimiento de aves y mariposas. En el caso de los pájaros el estudio tuvo en cuenta datos recogidos durante 12 años en 300 itinerarios realizados por todo el territorio, mientras que en el caso de las mariposas se analizaron datos de 70 parcelas de estudio durante más de 20 años.
"Los datos obtenidos demuestran que las campañas de seguimiento de aves y mariposas a gran escala y durante largo períodos de tiempo son una herramienta clave para conocer la magnitud y las consecuencias de los cambios ambientales sobre la biodiversidad", concluye Constantí Stefanescu, investigador del Museo de Ciencias Naturales de Granollers e investigador asociado del CREAF.
Los dos seguimientos (pájaros comunes y mariposas) continúan funcionando gracias a los cientos de voluntarios que participan y cada año se puede ver si los patrones temporales observados continúan en la misma dirección o cambian.


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