“Tenemos animales que sufren esta situación e implementamos un programa con la autoridad federal, sociedad civil y prestadores de servicios turísticos para unirnos y hacer actividades de desemalle”, declaró a Efe la directora del Parque Nacional Zona Marina del Archipiélago Isla Espíritu Santo, Irma González López.

Aunque las redes de enmalle han sido prohibidas en el Alto Golfo de California como parte de las acciones para preservar a la Vaquita Marina, su utilización en el resto del Golfo de California es totalmente legal no obstante que representan una amenaza para estos mamíferos marinos. “Los lobos marinos salen fuera del parque a alimentarse y se enredan con las redes de los pescadores cuando buscan alimento. Sobre todo los jóvenes, que no entienden lo de las redes, se llegan a enredar”, comentó la directora.

El rescate de lobos marinos atrapados en estas redes comenzó a ser aplicado en 2012 por ambientalistas como la cineasta Eréndira Valle, quien es promotora de programas de capacitación a autoridades y voluntarios para proteger a esta especie.

Lobos marinos y enmalle

“El problema con el enmalle (las redes) es permanente. Desenmallamos ocho lobos marinos y en los monitoreos hay otra vez siete enmallados. Es un programa que debe permanecer”, dijo a Efe la cineasta al considerar que lo único que se puede hacer por ahora “es mitigar” la situación.

Para la oceanógrafa mexicana Victoria Jiménez, las redes son una amenaza para los lobos marinos, especialmente porque incluso puede causarles la muerte. Los voluntarios y las autoridades localizan a los lobos marinos atrapados y los anestesian para trasladarlos a un punto de tierra firme, generalmente una playa, donde son liberados y tratados por una veterinaria.

“Tenemos una técnica eficaz que no perturba la colonia, lo sacamos, lo llevamos a una playa donde una veterinaria corta la malla, atiende, sutura si es necesario y un par de horas después lo libera”, relató la directora. Durante el recorrido a la isla y el nado con lobos marinos, una actividad muy solicitada por los turistas, es común observar las cicatrices que las mallas dejaron en estos animales en las aletas, en el dorso y hasta en el cuello.

Para Julio Figueroa, que ofrece servicios a los turistas, el asunto de los lobos marinos no tiene ninguna relación ni responsabilidad con los pescadores, porque ellos solo colocan las redes de enmalle para buscar su sustento. “Ya no es cuestión de los pescadores, es de los animales, no piensan como uno y en la oscuridad no miden y se enredan. Entonces es la problemática, no tanto del pescador”, asegura.

Figueroa manifestó que los prestadores de servicios turísticos tratan de cuidar a los lobos marinos y no dañarlos porque mucha gente visita al isla y les gusta nadar con ellos. Estos mamíferos marinos llegan a medir 2,40 metros y pesar hasta 225 kilos. Viven en una colonia llamada "la lobera" que se localiza en el norte del Parque Nacional Marino del Archipiélago de Espíritu Santo. La Isla Espíritu Santo, y varias más pequeñas que la rodean, se localizan a unos 20 kilómetros al este de la ciudad de La Paz, capital del estado de Baja California Sur, en el Mar de Cortés.



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