Entre estas especies figura el marrajo, una de las especies de tiburones que se pesca en España.

Se trata de tres especies de tiburón: el martillo, el tiburón oceánico y el marrajo sardinero; así como dos especies de mantas rayas, que se incluyan. En la votación, se ha acordado incluirlas por un número de países superior a los dos tercios de los votantes, que era lo necesario para su adopción. Esta decisión debe ser confirmada en la sesión plenaria que se celebrará a finales de esta semana.

Así, la representante de Shark Advocates International, Sonja Fordham, ha manifestado que está "encantada" con el resultado de las votaciones y espera que esta decisión "histórica" se confirme en el pleno que se celebrará a finales de esta misma semana.

"Estas especies de tiburones amenazadas y objeto de un importante comercio necesitan urgentemente protección frente a un comercio no sostenible que está poniendo en peligro a las poblaciones de estos animales, los ecosistemas, el medio de subsistencia de las comunidades dependientes y el turismo ecológico", ha manifestado.

La inclusión de estas especies de tiburones y mantas raya en el Apéndice II de CITES, exigirá la concesión de permisos para garantizar la sostenibilidad y la legalidad de las exportaciones.

Para Ali Hood, de la organización Shark Trust, desde ahora hasta el pleno, las ONG pedirán a los gobiernos que se mantengan alerta para "garantizar la adopción final de estas medidas fundamentales de control del comercio internacional". El debate se reabrirá probablemente el jueves en la sesión plenaria donde podría revocarse la decisión.

Demanda de tiburones

El marrajo sardinero es muy apreciado en Europa por su carne, mientras que las aletas del tiburón martillo y del tiburón oceánico son objeto de una gran demanda en Asia, donde se utilizan en la sopa de aleta de tiburón.

En este contexto, WWF destaca que principalmente han sido los países latinoamericanos los que han propuesto la protección de estas especies.

El jefe de la delegación de WWF en la COP16 de CITES, Carlos Drews, ha destacado que este es un "momento histórico que demuestra que los gobiernos del mundo apoyan la pesca sostenible y están preocupados por la explotación excesiva de los tiburones y las rayas para su uso comercial. La decisión será crucial para frenar la sobrepesca desenfrenada que está empujando a estos animales al borde del colapso".

A su juicio, hoy se ha demostrado que los gobiernos han seguido criterios científicos para tomar decisiones sobre la explotación comercial de la vida marina y, por ello, alenta a los gobiernos a ser "consecuentes con estas decisiones y no reabrir el debate antes de que termine la semana, poniendo en riesgo esta victoria para los tiburones las manta rayas y los pescadores".

La ONG explica que tiburones y manta rayas tienen una madurez sexual tardía, (por ejemplo, las manta rayas sólo tienen una cría cada dos años) y viven alrededor de 30-40 años. Además el hecho de que se congreguen en grandes grupos de un mismo sexo y un mismo rango de edad les convierte en un blanco fácil para los barcos pesqueros. Una pesquería como la actual, tiene un impacto enorme en el futuro de las especies.

WWF recuerda también que esta no es la primera vez que se ha debatido la inclusión de estas especies en el Apéndice II de CITES, ya que en 2010 también se debatió sobre las mismas especies, pero no consiguieron pasar.

La inclusión del tiburón oceánico ha sido propuesta por Colombia, Brasil y Estados Unidos; la inclusión del tiburón oceánico, por Colombia, Brasil, Costa Rica, Ecuador, Honduras, México y Dinamarca. Mientras, la propuesta de incluir al marrajo sardinero ha sido impulsada por Brasil, Comoros, Croacia, Dinamarca y Egipto, y la de la manta raya, ha sido propuesta por Colombia, Brasil y Ecuador.



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