La Comisión Europea propuso hoy una norma cuyo objetivo es reducir al mínimo el riesgo de comercialización en la UE de madera y productos de la madera procedentes de la tala ilegal. Se estima que en la actualidad casi el 20% de las importaciones comunitarias de madera procede de fuentes ilegales.

El reglamento propuesto obligará a los comerciantes a conseguir garantías suficientes de que la madera y los productos de la madera que venden se han obtenido con arreglo a las leyes aplicables en el país de origen.

El comisario de Comercio, Stavros Dimas, aseguró que con esta norma la UE enviará «una señal clara de que la madera y los productos de madera ilegales no se tolerarán en el mercado comunitario».

A juicio de Bruselas, la propuesta «aumentará los incentivos para la gestión y el uso legales y sostenibles de los bosques, especialmente en los países en vías de desarrollo que estén interesados en mantener e incrementar su exportación de productos forestales a la UE».

Sin embargo, la organización ecologista Greenpeace aseguró que la iniciativa de la Comisión es insuficiente y no logrará acabar con la comercialización de madera procedente de la tala ilegal.

Greenpeace reclamó a la Eurocámara y a los Veintisiete que endurezcan la norma durante su tramitación y que obliguen a los importadores por ley a aportar «pruebas fiables» de la legalidad de sus productos. Los ecologistas quieren también que se dé mandato a las autoridades competentes en cada país para detectar, investigar y perseguir estos casos.

FRENAR LA DEFORESTACIÓN

El Ejecutivo comunitario presentó también este viernes una serie de propuestas para atajar la deforestación tropical. Bruselas propone que se persiga el objetivo de detener a más tardar para 2030 la pérdida de la cubierta forestal del mundo y de reducir para 2020 la deforestación tropical bruta en un 50% como mínimo.

Los bosques están desapareciendo actualmente a un ritmo aproximado de 13 millones de hectáreas por año, según destacó Bruselas. La deforestación es responsable de casi el 20 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y se ha convertido en una cuestión fundamental en las negociaciones internacionales en curso sobre un nuevo acuerdo de la ONU respecto al cambio climático para después de 2012.

La Comisión propone que en las negociaciones internacionales sobre el cambio climático se trabaje en la creación de un mecanismo mundial del carbono forestal (Global Forest Carbon Mechanism, GFCM) por el que se recompensaría a los países en vías de desarrollo por la reducción de sus emisiones gracias a medidas dirigidas a atajar la deforestación y la degradación forestal.

El Ejecutivo comunitario señala que hace falta un nivel apropiado de financiación europea entre 2013 y 2020 para luchar contra la deforestación. La cuantía total dependerá del nivel de las actuaciones de reducción emprendidas por los países en vías de desarrollo.

A juicio de Bruselas, una parte importante de esta financiación podría proceder de los ingresos de los derechos de emisión subastados al amparo del régimen comunitario de comercio de derechos de emisión. Se estima que, si se facilitara un 5 % de los ingresos de estas subastas al GFCM, éste recaudaría de 1.500 a 2.500 millones de euros en 2020.

La comunicación también hace hincapié en la necesidad de reforzar otras políticas relacionadas con los bosques, así como las políticas que puedan reducir directa o indirectamente la deforestación en los ámbitos del comercio, la energía, la agricultura, la seguridad alimentaria y la cooperación al desarrollo.



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