Nueve científicos del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Upsala (Suecia) y del Instituto de Estudios Ambientales y Recursos Naturales de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria publican en la revista “Geology Today” una revisión de cómo cambió -para bien- Lanzarote con la erupción más larga que ha vivido Europa en tiempos históricos, la del Timanfaya (2.056 días).

Los múltiples volcanes que se abrieron en aquellos seis tormentosos años para los isleños vomitaron hasta cinco kilómetros cúbicos de materiales incandescentes, además de sepultar 26 aldeas y muchos de sus mejores campos de cultivo. Y cientos de lanzaroteños emigraron en 1731, al no ver futuro para ellos en su tierra natal.

Sin embargo, cuatro décadas después, Lanzarote tenía el doble de población (pasó de 5.000 habitantes en 1730 a 10.000 en 1768), las cosechas servían incluso para exportar y se plantaron por primera vez viñedos, con una uva de Grecia que le proporcionaría un producto de fama mundial: sus apreciados vinos de Malvasía (cuyo nombre deriva del municipio de Creta del que procede la cepa, Malevizi).

Los científicos que firman este artículo, entre los que figura Juan Carlos Carracedo, uno de los vulcanólogos de referencia en Canarias desde hace cuatro décadas, recuerdan que Lanzarote le debe toda esa revolución agrícola que sostuvo la economía de la isla hasta bien entrado el siglo XX a la erupción de Timanfaya.

Por último, señala quepodría ser una inmensa ayuda aplicar técnicas que reducen la necesidad de riego, como el enarenado con materiales similares al picón».

Fuente: eldiario.es,



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