Entre el 15 de noviembre y el 15 de diciembre de 2009, el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y el Institut Mauritanien de Recherches Oceanographiques et des Pêches, llevaron a cabo una campaña dirigida al estudio de los ecosistemas de la plataforma y el margen continental de Mauritania, que constituía la tercera de las campañas que desarrollaban ambos organismos de investigación en el marco de su cooperación bilateral, respondiendo a los compromisos de los Ministerios de Pesca de ambos países.

Como las dos anteriores de 2007 y 2008, la campaña "Maurit-0911" tuvo como plataforma de trabajo el buque oceanográfico Vizconde de Eza, a bordo del cual se llevaron a cabo 57 arrastres con un arte de pesca comercial y 20 con bou de vara entre 80 y 2000 m de profundidad; paralelamente se realizaron 54 arrastres de ictioplancton, se recogieron datos de la columna de agua en 66 CTDs verticales y 44 de red. Durante las 30 noches de trabajo se prospectaron mediante sonda multihaz 10.400 km2 del fondo marino y se realizaron 420 km de perfiles de sísmica de alta resolución. A lo largo de la campaña se conservaron más de 1000 ejemplares, pertenecientes a más de 200 especies diferentes, para las colecciones faunísticas de referencia de los centros de investigación participantes, se realizaron varios miles de fotografías generales y de especies y se contóo a bordo con un especialista en medíos audiovisuales del Taller de Imagen de la Universidad de Alicante que filmó los distintos aspectos relacionados con la investigación que permitirán la posterior edición de un documental divulgativo.

Debido al desconocimiento existente sobre la fauna y los ecosistemas profundos del margen continental africano, esta campaña ha aportado una información científica muy valiosa sobre la composición y ecología de las comunidades demersales, bentónicas e ictioplanctónicas que ocupan el área de trabajo y ha servido para cartografiar el mayor arrecife de coral descubierto hasta la fecha.

Estructura del arrecife

La estructura arrecifal identificada, que se extiende a 500 m de profundidad paralela al borde de la plataforma, tiene unos 100 m de altura sobre el fondo, unos 1700 m de anchura y 405 km de longitud, apareciendo limitada al este y oeste por dos canales paralelos a ella de unos 50 m de profundidad. Las muestras recogidas en ocho arrastres realizados con draga de roca ponen de manifiesto que se trata de un arrecife coralígeno que parece constituido por corales muertos pertenecientes a varias especies, entre ellas Lophelia pertusa, excepto en la zona sur, donde se recogieron 400 gramos de corales vivos en una muestra de unos 60 kilogramos de coral.

El arrecife está cortado claramente por los cañones, por lo que se supone que su génesis es anterior al desarrollo de éstos. Además se ha apreciado que en las zonas donde no aflora las características geomorfológicas del fondo indican el desarrollo de deslizamientos de las laderas del talud que han debido de sepultarlo. Cuanto más al norte, los corales muestran un grado mayor de deterioro e incluso fosilización, habiéndose recuperado incluso algunos pequeños bloques de conglomerados casi litificados.

Podría ser, por tanto, que el origen de la barrera correspondiese a un periodo de aguas más frías y limpias, con un nivel del mar más bajo, y que esta se hubiese visto afectada posteriormente por los cambios del nivel del mar, las temperaturas y las avalanchas de fangos.

El estudio de esta gigantesca bioconstrucción se completará durante la próxima campaña multidisciplinar "Maurit-1011", que el IEO llevará a cabo el próximo mes de noviembre en el marco del proyecto ECOAFRIK, en la que está prevista la utilización de otras técnicas geofísicas y técnicas de imagen.



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