Este proyecto, cofinanciado por el Fondo Europeo de la Pesca y la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, tiene por objeto profundizar en el conocimiento de las relaciones entre dicha actividad productiva y la dinámica de las poblaciones de esta especie. Las instalaciones de cultivo de peces en mar abierto ejercen un efecto de atracción de fauna silvestre, principalmente peces y aves, aunque también mamíferos y reptiles, que encuentran en estas granjas recursos de diversa índole de fácil localización y accesibilidad, tales como alimento, refugio y descanso.

El paiño europeo es una pequeña ave marina eminentemente pelágica, catalogada como vulnerable, que forma colonias nidificantes en islas e islotes litorales del Mediterráneo. Pasa el invierno en aguas oceánicas y en primavera retorna a las colonias de origen para reproducirse y criar a su progenie. En el litoral murciano-almeriense existen colonias de paiño en Isla Grosa, Isla Hormiga, Isla de las Palomas e Isla de Terreros. Estas colonias se encuentran intercaladas entre instalaciones de cultivos marinos repartidas por nuestras costas.

El paiño no escapa del mencionado fenómeno de atracción que ejercen las jaulas de cultivo, y es avistado frecuentemente merodeando alrededor de las instalaciones, desplegando un claro comportamiento de búsqueda y captura de alimento. Con el desarrollo de este proyecto, los investigadores del IMIDA, junto con ornitólogos pertenecientes a los grupos de anillamiento de la Asociación de Naturalistas del Sureste (Murcia) y Rodopechys (Almería), pretenden evaluar el grado de aprovechamiento que el paiño pudiera ejercer directa o indirectamente sobre los recursos tróficos derivados de los cultivos de peces en mar abierto.

Asimismo, se indagará sobre la posible existencia de relaciones entre el desarrollo y las características de las instalaciones y de la producción acuícola y la evolución temporal y tasa de supervivencia del paiño europeo en las distintas colonias nidificantes existentes en el litoral murciano-almeriense. Según el director del IMIDA, Adrián Martínez, “de ser cierta la hipótesis de que la presencia de las instalaciones acuícolas podría suponer una ventaja para el paiño al disponer de recursos tróficos próximos a las colonias nidificantes, nos encontraríamos con una interesante relación entre acuicultura y conservación”.

Hasta la fecha se han completado ya 12 campañas de captura y marcaje en las islas anteriormente mencionadas, con un bagaje de 663 individuos marcados mediante decoloración de plumas diferenciada por colonias. En las 10 campañas de avistamiento en granjas se han llegado a detectar 123 ejemplares alimentándose en el entorno de las granjas. Se pudo determinar la colonia de origen en un 13 por ciento de los casos. La densidad de paiños por kilómetro cuadrado alrededor de algunas granjas llega a cuadruplicar a la observada en otras zonas naturales del Mediterráneo catalogadas como ‘hot spots’ para esta especie (delta del Ebro o Cabo de San Antonio).
Mediante arrastres planctónicos se ha determinado que lo que comen los paiños alrededor de las granjas es un ‘cóctel de marisco’ (larvas y adultos de diferentes crustáceos y microplancton gelationoso), siempre a sotavento de las instalaciones de cultivo. Las instalaciones de acuicultura parecen facilitar a los paiños el encuentro con su alimento, probablemente porque resulta más abundante en estas zonas. En breve se dispondrá de resultados que permitan averiguar si los paiños aprovechan directa o indirectamente los recursos derivados de la acuicultura.



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