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La futura «Ley de Biodiversidad y de los Recursos Naturales de Canarias» se encuentra actualmente en consulta pública antes de su aprobación.

Debido al gran número de especies endémicas que albergan, las islas son uno de los sistemas más castigados por la pérdida de biodiversidad. Y las islas Canarias no son una excepción. Por eso es deseable que la nueva norma incluya las herramientas necesarias para revertir la delicada situación que están padeciendo los ecosistemas terrestres canarios.

Una de estas herramientas es la resilvestración, que comprende acciones directas, como reintroducción o introducción de especies clave, y la facilitación de procesos dispersivos que permitan a los ecosistemas recuperar una complejidad parecida a la existente antes de la intervención humana.

Conservar la biodiversidad de nuestro planeta es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad ante el vertiginoso ritmo de extinción de especies provocada por las acciones antrópicas. Sin embargo, la pérdida de las funciones ecológicas provocada por esos sucesos es menos conocida.

Precisamente el objetivo de la resilvestración es evitar que los ecosistemas dejen de ser funcionales a través de la restitución de los procesos ecológicos.

Las especies de vertebrados extintas

A grandes rasgos, podemos distinguir entre la extinción reciente de especies (aquellas que se extinguieron en tiempos históricos) y aquellas de cuya existencia sabemos gracias a los restos fósiles encontrados en tubos volcánicos o yacimientos arqueológicos.

Si tuviéramos la oportunidad de viajar al pasado, nos sorprendería conocer las comunidades de aves, reptiles y mamíferos que habitaban Canarias hasta no hace mucho tiempo. El asombro no sería tanto por las especies perdidas, que también, sino por las increíbles formas que allí vivían.

Algunas de las especies extintas desarrollaron adaptaciones singulares, como la pérdida de la capacidad de vuelo del escribano patilargo en la isla de Tenerife.

Otras especies de vertebrados extintos desarrollaron una tendencia al gigantismo. Es el caso de los extintos lagartos gigantes de Tenerife y La Palma. Además, conocemos la existencia de varias especies de roedores endémicos extintos que habitaron en las islas centrales y orientales.

Hoy en día sabemos que la desaparición de la mayor parte (si no todas) de estas especies de vertebrados coincide con la colonización humana (aborigen y europea) del archipiélago.

Ejemplos de resilvestración en Canarias

Si bien la extinción de especies es una gran tragedia, lo es más todavía la pérdida de las funciones que desempeñaban en los ecosistemas canarios. Algunas de estas pérdidas han sido estudiadas en profundidad, como las disrupciones mutualistas en la dispersión de semillas.

Sin embargo, en la mayor parte de las extinciones pleistocenas u holocenas documentadas en Canarias, se desconoce el papel que desempeñaban las especies extintas en los ecosistemas. Esto limita extraordinariamente cualquier proceso de resilvestración, por el simple hecho de que no sabemos los procesos que habría que restaurar.

El mejor ejemplo de resilvestración llevado a cabo en Canarias es la reintroducción de la paloma rabiche, junto con la reforestación del bosque de laurisilva en Gran Canaria. En esta isla habitaron las dos palomas endémicas presentes en Canarias hasta su extinción definitiva, presumiblemente por la caza, la destrucción de su hábitat natural y las especies introducidas.

El proyecto de reintroducción de la paloma rabiche se llevó a cabo junto a la reforestación de parte del bosque de laurisilva arrasado tras la conquista en el siglo XV. La iniciativa, financiada con fondos LIFE, ha sido un éxito. Hoy en día esta ave se reproduce en libertad.

Como la dieta de la paloma rabiche incluye el consumo de frutos carnosos de las especies del bosque de laurisilva, es muy previsible que cumpla una labor clave en el proceso de dispersión de semillas. Por tanto, es de esperar que la paloma rabiche facilite durante los años venideros el proceso de recuperación de este bosque gracias a este mutualismo ecológico.

Proyectos de esta envergadura sí hacen de la resilvestración una opción muy interesante y necesaria en Canarias en tanto en cuanto los ecosistemas canarios consigan regenerarse y sostenerse sin ayudas externas.

La importancia del control de especies invasoras

Sin embargo, hay otras acciones de resilvestración que podrían ser incluso más beneficiosas para los ecosistemas canarios, como sería el control o eliminación de las especies invasoras. Hoy en día, muchas de las amenazas que se ciernen sobre la biodiversidad canaria tienen como protagonistas a las especies introducidas.

Por ejemplo, los gatos asilvestrados son una amenaza constante para todos los vertebrados canarios nativos, y las cabras, arruís y muflones para los endemismos vegetales.

En definitiva, la resilvestración (rewilding e ingles) habría que entenderla como un conjunto de acciones que promuevan la recuperación y mantenimiento de la complejidad trófica, los procesos dispersivos y las perturbaciones naturales de baja intensidad en los ecosistemas canarios.

Debido a la extrema fragilidad de los ecosistemas insulares, estas acciones deberían llevarse a cabo en combinación con programas de control o erradicación de las especies introducidas que depredan sobre las especies animales y vegetales nativas.

Solo combinando la reintroducción de los elementos clave extinguidos y la eliminación de los factores de amenaza que contribuyeron a su extinción seremos capaces de garantizar el éxito de los programas de recuperación de los procesos ecológicos perdidos.

Fuente: Juan Carlos Illera Cobo / THE CONVERSATION,

Artículo de referencia: https://theconversation.com/resilvestracion-podemos-devolver-a-canarias-la-biodiversidad-que-le-robamos-148563,



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