Árbol mutilado
Árbol mutilado en Cádiz por las podas

Por Purificación González, perteneciente a una asociación ecologista de Cádiz .

El Ayuntamiento de Cádiz continúa con su labor devastadora del valioso patrimonio botánico cuya tutela le ha sido encomendada, bajo la eficaz batuta de la Concejala de Parques y Jardines, Carmen Obregón Ortega, que sin tener idea de que un árbol necesita muchos años para desarrollarse, no tiene reparos en disponer talas y podas criminales por toda la ciudad.

Ayer 28 de enero, dejaron como un «tirachinas» el espléndido plátano oriental que hay delante de la iglesia del Carmen.

Aparte de la incompetencia, hay alguna otra explicación a los ataques al arbolado de la ciudad –de lo que da buena cuenta la pérdida del drago de Puerta Tierra- y es que la jardinería ha sido privatizada en Cádiz y hay numerosos intereses económicos en la reposición de arbolado (cada palmera puede costar entre 4.000 y 6.000 euros) ¿Han visto los dos árboles que talaron delante del Museo… y el pino que se encuentra delante de Qüentum?

Se puede entender que en determinados lugares sea necesario podar un poco los árboles, principalmente porque la copa guarda relación con las raíces y recortándosela se impide que levanten las aceras. Pero es que en Cádiz a los árboles tampoco les dejan alcorques adecuados, o estos son demasiado pequeños y la última moda es taparlos con hormigón. Suponemos que la Concejala ignora que son seres vivos y que si, por carecer de alcorques, no les dan la posibilidad de disponer de agua ni de tierra, tienen que buscarse la vida por donde pueden, a veces hasta levantando las aceras.

¿Por qué mutilan los árboles que se encuentran en mitad de los jardines, rodeados de tierra, sin molestar a nadie? Es el caso de los árboles del pequeño parque de San Severiano/Avda. Juan Carlos I, cuyos hermosos ficus fueron convertidos en bonsáis. Y otros muchos de la Barriada de la Paz ¿Por qué? ¿A quien le molestan?

La ciudad nos ofrece un extenso muestrario de árboles enfermos o muertos a causa de las podas. Basta dar un vistazo a los plátanos orientales de la plaza de España, a lo que queda de los meliás de San Carlos, de las acacias de la calle de este nombre, de los arces del Trocadero, de los brachichiton de la Cuesta de las Calesas, de lo que fueron pinos casi centenarios del C.P. Sagrada Familia, o el caso de los 28 meliás directamente ejecutados por mandato de la Concejala, bajo la acusación de producir ratas… Sobran los comentarios.

Nos llama soberanamente la atención, cuando viajamos, ver que en ciudades como Londres, París, Roma, Estrasburgo, Viena…que los árboles no se podan mas que en contadas ocasiones, en que puedan invadir la calle. Y en estos casos les recortan las puntas muy suavemente. No se puede evitar la comparación con Cádiz. Porque la cultura de los pueblos se mide también por el respeto que, a lo largo de generaciones, han mantenido con sus árboles. Y aquí, en Cádiz, en los últimos años, brilla por su ausencia.



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