La temporada de caza de focas en Canadá arranca este año con nuevas reglas con las que el Gobierno de este país pretende humanizar la polémica actividad, aunque las organizaciones conservacionistas denuncian que las nuevas medidas no resolverán el problema.

Durante las próximas semanas, Canadá permitirá cazar un total de 275.000 focas, una cifra que amplía en 5.000 la cuota establecida en 2007, aunque en años anteriores se han llegado a superar las 300.000 focas cazadas.

Los cazadores de mamíferos marinos, que compensan con esta actividad parte las pérdidas derivadas de la escasez de bacalao en la región, estarán ahora obligados a cortar las arterias de las focas antes de despellejarlas.

Hasta ahora, muchos animales se daban por muertos sin comprobar si tan sólo habían quedado inconscientes por los golpes recibidos, lo que acarrea un sufrimiento adicional e innecesario a las focas cazadas.

Para asociaciones como el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW), las medidas impulsadas por el Gobierno canadiense no supondrán ninguna mejora.

"Las así llamadas "nuevas" regulaciones no provocarán cambios reales en el modo en que son cazasas las focas. Sencillamente piden que se las desangre llegados a cierto punto", argumenta la organización en un comunicado.

En países como Estados Unidos, Bélgica y Holanda no está permitido comerciar con productos hechos con pieles de foca, y en toda la Unión Europea se prohíbe la venta de pieles de focas jóvenes. La presente campaña de caza en Canadá acabará a mediados de abril.



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