En la Ciudad de México son comunes las denuncias ante la policía, delegaciones o la procuraduría ambiental sobre las malas condiciones en que se encuentra una mascota, principalmente perros y gatos, y aunque la Ley de Protección Animal y de Cultura Cívica contempla sanciones contra los agresores, si el maltrato no es demostrado, difícilmente puede ser castigado.

Un animal maltratado no sólo presenta heridas visibles o abiertas, también puede tenerlas internamente, escondidas bajo el pelaje o reflejadas en su comportamiento, lo que hace difícil su identificación y a la vez, la denuncia del dueño o persona que está a cargo de su cuidado.

La  Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) reportó que en lo que va del año, más del 13 por ciento de las denuncias que ha recibido tiene que ver con los animales en temas de maltrato, hacinamiento, venta en vía pública, cría ilegal, sacrificios y experimentación, circos y peleas.

Esta cifra, indicó Miguel Ángel Cancino, titular de la PAOT, representa el doble de las recibidas el año pasado, lo cual demuestra el interés de la gente por ayudarlos; sin embargo, consideró necesario contar con información técnica que permita detectar casos serios y no solamente basados en la simpatía y la intención de protegerlos.

La desnutrición también es signo de maltrato y aunque en algunos casos se debe a la condición de pobreza de los dueños que apenas tienen para comer ellos mismos, en otros sí es premeditado o por desinterés.



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