El tratamiento de las aguas residuales ha dejado de ser un tema exclusivo de especialistas para convertirse en una preocupación global. La creciente demanda de agua potable y la necesidad de proteger nuestros ecosistemas acuáticos han puesto en el centro del debate la importancia de gestionar de manera adecuada estos residuos líquidos y la opción que está cogiendo fuerza son los humedales construidos.
Son producto de nuestras actividades domésticas e industriales, contienen una gran cantidad de contaminantes que pueden dañar gravemente el medio ambiente si no se tratan adecuadamente. Desde microorganismos patógenos hasta sustancias químicas peligrosas, estos contaminantes pueden contaminar ríos, lagos y océanos, poniendo en riesgo la salud pública y la biodiversidad.
Especialmente en el sur de Europa, la contaminación por antibióticos en aguas residuales urbanas e industriales es un problema creciente y el elevado consumo de estos fármacos y la escasez de agua agravan la situación.
Resultados constatados
En este contexto, un estudio del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA) del CSIC, dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (MICIU), y del Karlsruhe Institute of Technology (KIT), revela que las soluciones basadas en la naturaleza, como los humedales construidos, se perfilan como tecnologías eficaces en la mejora de la calidad del agua y la reducción de contaminantes emergentes.
En este trabajo, publicado en la revista Water Research, se ha evaluado a escala real, en el río Besós y en Can Cabanyes (Barcelona), la eficacia del uso de soluciones basadas en la naturaleza como tecnologías de tratamiento terciario de aguas residuales para eliminar antibióticos y genes de resistencia a los antimicrobianos en comparación con los tratamientos convencionales.
Reducen el impacto toxicológico
El estudio concluye que los humedales construidos de flujo superficial eliminan de promedio un 88% de los antibióticos presentes, mientras los de flujo subsuperficial horizontal un 69%, superando significativamente a las tecnologías convencionales que combinan filtración con arenas, la desinfección por luz ultravioleta (UV) y cloración, que eliminan entre un 36% y un 39%.
Con respecto a los genes de resistencia a los antibióticos, los sistemas de depuración convencionales ya ofrecían una reducción del 99%, sin embargo, los humedales han demostrado la capacidad de eliminar hasta el 99,9% en ambos ciclos estacionales evaluados (verano e invierno).
Asimismo, el estudio ha puesto de manifiesto que estas soluciones naturales también disminuyen el riesgo de impacto toxicológico en los ecosistemas hasta un promedio del 70%, frente al escaso 6% alcanzado por las tecnologías convencionales.
“Estos hallazgos revelan un avance prometedor en la protección del medio ambiente y la salud pública”, señala Víctor Matamoros, investigador del IDAEA y autor principal del estudio.