Con la construcción de la central, la toma de caudal se multiplicará por veinte, de forma que la concesión del río pase a ser de unos 18 m3 de agua. Ante este gran aumento en la demanda de agua, pescadores y ecologistas han presentado juntos las alegaciones.

Problemas de la construcción

Según los representantes de ambas asociaciones, “se reducirá a niveles mínimos el caudal del río durante todo el año”, situándolo en menos de 1 m3 por segundo a lo largo de un kilómetro. Tambiñen declararon que “la actuación producirá la desaparición de especies autóctonas de peces como las madrillas y el barbo y la destrucción de los macroinvertebrados de la zona. Por su parte, el Ayuntamiento de San Adrián, localidad donde se ubicará la central, también ha presentado alegaciones al proyecto de la minicentral.

La Sociedad de Pescadores y Ecologistas en Acción realizó un informe para dar a conocer la junto a  Patxi Esparza Remírez, presidente de los pescadores de San Adrián, que indicó que el proyecto afectará al ciclo reproductivo de especies como las madrillas. "No podrán remontar el río por falta de caudal ni desovar al carecer de gravas limpias donde depositar los huevos", anunció Esparza.

López destacó que las obras y la entrada de máquinas perjudicarán el hábitat de un entorno que desde hace dos año está siendo recuperado mediante los campos de trabajo y que constituye una zona de ocio natural para los vecinos y aficionados a la pesca.

Retracción del río

Beatriz Ursúa Celiméndiz, presidenta del grupo Ecologistas en Acción, añadió que el daño más importante que producirá la minicentral será sin lugar a dudas la retracción del caudal del Ega. "Una retracción que puede ser peligrosa en casos de crecida".



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