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Casi la totalidad del agua dulce en forma líquida del mundo es agua subterránea. La vida no sería posible sin las aguas subterráneas. La mayor parte de las zonas áridas del mundo dependen por completo de este recurso. Las aguas subterráneas aportan una gran proporción del agua que utilizamos para la producción de alimentos y los procesos industriales. Asimismo, las aguas subterráneas son extremadamente importantes para el funcionamiento saludable de los ecosistemas, como los humedales y ríos.

Aguas subterráneas: el ingrediente invisible de los alimentos

El crecimiento demográfico, la rápida urbanización y el desarrollo económico son solo algunos de los factores que influyen en el aumento de la demanda de agua, energía y alimentos. La agricultura es el sector que consume más recursos de agua dulce del mundo. Alimentar a una población mundial que se prevé que alcance los 9 000 millones de personas en 2050 exigirá un aumento de la producción alimentaria del 50%.

En la actualidad, aproximadamente el 70% de las extracciones de agua subterránea en todo el mundo se utiliza en el sector agropecuario, para la producción de alimentos, ganado y cultivos industriales. La dependencia de las aguas subterráneas para la producción alimentaria sigue aumentando en todo el mundo, lo que se traduce en un incremento del uso para la agricultura de regadío, la ganadería y los procesos industriales conexos. De hecho, Alrededor del 30% de toda el agua utilizada para el riego son aguas subterráneas, y hay regiones que dependen en sumo grado para el riego, como América del Norte y Asia meridional.

Las aguas subterráneas ya han sacado a millones de personas de la pobreza y han mejorado significativamente la seguridad alimentaria, especialmente en la India y Asia oriental, desde que las tecnologías de perforación y las fuentes de energía para el bombeo pasaron a estar ampliamente disponibles para los agricultores rurales en la segunda mitad del siglo XX.

Aguas subterráneas: un recurso finito

Las aguas subterráneas son objeto de sobreexplotación en numerosas zonas del mundo, en las que se extrae más agua de los acuíferos de la que se recarga naturalmente mediante la lluvia y la nieve. La sobreexplotación continua de las aguas subterráneas puede dar lugar al agotamiento de este recurso, comprometiendo importantes ecosistemas que dependen de estas aguas y amenazando con poner en riesgo el suministro básico de agua, la producción agrícola, la resiliencia al clima y la seguridad alimentaria.

Evitar los problemas de agotamiento de las aguas subterráneas exige una mayor capacidad de gestión y gobernanza en múltiples niveles integrados y en los enfoques intersectoriales. Reducir el desperdicio de alimentos también puede desempeñar un papel importante en la reducción del consumo de agua.

Calidad y contaminación

Las aguas subterráneas están contaminadas en muchas zonas y su depuración suele ser un proceso largo y difícil. Esto hace que aumente el costo del tratamiento de las aguas subterráneas y a veces incluso impide su utilización.

El uso de fertilizantes químicos y orgánicos en la agricultura constituye una seria amenaza para la calidad de las aguas subterráneas. Por ejemplo, el nitrato es el contaminante más común de los recursos hídricos subterráneos en todo el mundo. Otros contaminantes difusos procedentes de la agricultura de regadío que afectan a las aguas subterráneas son, en particular, los plaguicidas y las bacterias resistentes a los antimicrobianos.

Es necesario aplicar las leyes y los reglamentos en todos los planos para prevenir o limitar la contaminación difusa de las aguas subterráneas procedente de la agricultura, con objeto de preservar los ecosistemas y la salud humana.

¿Qué podemos hacer?

Las aguas subterráneas siempre han tenido una enorme trascendencia, pero esta no se ha reconocido plenamente. Debemos protegerlas de la contaminación y utilizarlas de forma sostenible, tratando de lograr un equilibrio entre las necesidades de las personas y las del planeta. Además, desempeñan una función vital en la agricultura, la industria, los ecosistemas y la adaptación al cambio climático y ello debe quedar patente en la formulación de políticas de desarrollo sostenible.

Monitoreo

En algunas zonas del mundo, ni siquiera conocemos la cantidad de agua que se oculta bajo nuestros pies, lo que significa que podríamos estar desaprovechando un recurso hídrico potencialmente vital.

El uso sostenible exige un seguimiento continuo del consumo de agua, especialmente en los sistemas de riego que se abastecen de acuíferos no renovables. Las tecnologías de satélite ofrecen oportunidades eficaces en función de los costos para estimar los niveles de consumo y de extracción de agua subterránea mediante la medición casi en tiempo real de la evapotranspiración efectiva en grandes superficies.

WaPOR, el portal de la FAO para el monitoreo de la productividad del agua mediante teledetección, ofrece esta información en forma de datos de libre acceso para el conjunto de África y el Cercano Oriente y apoya la elaboración de aplicaciones adaptadas para el monitoreo de las extracciones de agua subterránea.

Fuente: FAO

Artículo de referencia: https://www.fao.org/land-water/events/world-water-day-celebrations/dia-mundial-del-agua-2022/es/



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