La ciudad española acogerá eventos sobre alimentación y nutrición que culminarán con la celebración de la próxima reunión del Pacto de Milán en 2017
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la ciudad española de Valencia han firmado un acuerdo para luchar contra el hambre y el desperdicio de alimentos y mejorar la nutrición en zonas urbanas.
Valencia fue elegida como anfitriona del próximo encuentro de las más de cien ciudades que el año pasado se adhirieron al Pacto de Milán sobre Política Alimentaria Urbana, un compromiso destinado a la lucha contra el hambre y el desperdicio y a la mejora de la nutrición.
La designación, realizada por los miembros del Pacto, se basa en el dinamismo de la ciudad en la aplicación de políticas alimentarias y de sostenibilidad y por su participación activa en la red de ciudades firmantes.
El acuerdo firmado entre el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, y el alcalde de Valencia, Joan Ribó, sienta las bases para promover la aplicación del Pacto, una promesa para impulsar sistemas alimentarios más justos y más racionales ecológicamente en las zonas urbanas firmado hasta ahora por 130 ciudades que van desde Abijan hasta Zurich.
“Es un error pensar que las ciudades no tienen un papel muy activo que jugar en temas de seguridad alimentaria y nutricional”, afirmó el Director General de la FAO destacando la sobrealimentación –que deriva en obesidad- y los desperdicios de alimentos como algunos de los retos más apremiantes a los que se enfrentan ciudades de todo el mundo.
Las ciudades desempeñan un papel clave en la erradicación del hambre y la mejora de la nutrición. A medida que más y más personas se mudan del campo a la ciudad, los centros urbanos serán actores clave en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados a nivel mundial.
Para lograr estas metas y mantenerlas a largo plazo será también necesario hacer frente al cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El Pacto de Política Alimentaria Urbana, una iniciativa independiente de política alimentaria urbana, es uno de los principales legados de la Expo 2015 de Milán, cuyo tema fue "Alimentar el planeta, energía para la vida".
En él, los firmantes se comprometen a respectar principios fundamentales como garantizar alimentos saludables para todos; promover la sostenibilidad en el sistema alimentario; educar al público sobre las dietas saludables, y reducir el desperdicio alimentario.
El Pacto fue presentado al Secretario General de la ONU en el curso de la ceremonia del Día Mundial de la Alimentación en Expo Milán 2015.
“Para nosotros la alimentación es algo demasiado importante como para dejarlo en manos de los mercados globales. Pensamos que debemos intervenir y dedicarnos a los temas de seguridad alimentaria’, ha afirmado el alcalde de Valencia, Joan Ribó.
“Este acuerdo es una oportunidad para aprovechar la capacidad técnica de la FAO, compartir nuestra propia experiencia y aprender de la de otras ciudades”, ha añadido.
El alcalde ha transmitido al Director General de la FAO su preocupación por el abandono sufrido por la huerta valenciana, “una de las mejores del mundo” en sus propias palabras, y ha afirmado su determinación para revertir esa situación y potenciar la agricultura de autoconsumo.
En su visita a la FAO, el alcalde de Valencia ha participado junto a miembros de su equipo en una reunión de trabajo para profundizar en las distintas áreas de trabajo de la organización y trazar un plan de acción para los próximos meses.
FAO acoge la segunda cumbre de alcaldes
En el marco de las celebraciones del Día Mundial de la Alimentación, el pasado mes de octubre, la segunda cumbre de alcaldes del Pacto (13-14 octubre), en el que participan representantes de más de 100 ciudades de todo el mundo.
En ella, los alcaldes se reúnen por segunda vez en la FAO para debatir sus esfuerzos en el desarrollo de sistemas alimentarios sostenibles en las ciudades de todo el mundo, y compartir experiencias y buenas prácticas.
La FAO apoya esta iniciativa ayudando a establecer indicadores que permitan medir el impacto del Pacto, y mediante el intercambio de experiencias exitosas entre las ciudades.
