La FAO ha iniciado actividades de emergencia por valor de 17 millones de dólares para hacer frente a los máximos históricos alcanzados por los precios de los alimentos, que amenazan con empeorar la precaria situación de los 862 millones de personas en el mundo que pasan hambre, y sumir de nuevo en la extrema pobreza y el hambre a muchos millones más.

Los fondos cubrirán en primer lugar las necesidades inmediatas y proveerán a los pequeños agricultores de algunos de los países más pobres con las semillas, fertilizantes, y otras herramientas necesarias para impulsar la producción agrícola para las próximas temporadas de siembra en 2009.

Pero los países más afectados, especialmente en África, necesitarán mucho más -un total de 1.700 millones de dólares en el mismo periodo- para empezar a reactivar sistemas agrícolas que han estado abandonados durante varias décadas.

La Iniciativa de la FAO relativa al aumento de los precios alimentarios (ISFP, por sus siglas en inglés), lanzada en diciembre de 2007 como respuesta a la crisis, no sólo tiene como objetivo aumentar ya el suministro de alimentos a partir de esta temporada de siembra, si no también garantizar que los agricultores empobrecidos aprovechen la oportunidad de salir por sí mismos de la pobreza. Los campesinos pobres se beneficiarán de los elevados precios y aumentarán el suministro de alimentos disponibles a nivel local, haciendo al mismo tiempo que los precios bajen.

Esto resulta especialmente importante en países de bajos ingresos que dependen en gran medida de las importaciones para satisfacer sus necesidades alimentarias.

"Los precios elevados representan una carga para todos nosotros, nadie será inmune", afirmó el Subdirector General de la FAO, José María Sumpsi. "Al mismo tiempo, en aquellos países en los que la agricultura ha pasado a un segundo plano debido al menor coste que suponía importar alimentos frente a la producción local, los campesinos cuentan ahora con el aliciente de producir y ganarse la vida, al tiempo que garantizan el suministro de alimentos a nivel mundial," añadió Sumpsi.

"Los precios han estado aumentando de forma constante durante cierto tiempo, pero el súbito incremento de este año es sólo un pequeño síntoma de una enfermedad ocasionada por años de abandono de la agricultura a nivel mundial. Ahora este desequilibrio amenaza la vida de la población más pobre y vulnerable, que no puede hacer frente a los precios de los alimentos que necesitan para sobrevivir", advirtió Sumpsi.

Más semillas y herramientas

Las acciones de la ISFP, que se pondrán en marcha a petición de los países, proporcionarán mucho más que semillas y herramientas para reactivar la plantación, ya que incluye los puntos clave en los que se debe trabajar para aumentar el suministro de alimentos:

Primero: semillas, fertilizantes y herramientas, junto con un buen asesoramiento para asegurar el mejor uso posible de los suministros, que sentarán las bases de una intensificación sostenible de la producción en el futuro.

Segundo: trabajar para mejorar infraestructuras como los sistemas de riego, la red comercial y las carreteras rurales.

Tercero: conocimientos técnicos para añadir valor al producto final comercializable de los pequeños agricultores, aumentando la variedad de cultivos de mayor calidad y rendimiento, o utilizando técnicas de elaboración para diversificar los productos, y facilitando contratos de suministro con compañías agrícolas que sean seguros y beneficiosos para los agricultores;

Cuarto: reducir las pérdidas, que en ocasiones ascienden a una quinta parte de la cosecha, a través de una mejor manipulación, molienda y almacenamiento, protegiendo a los cultivos y al ganado de plagas y enfermedades, por ejemplo, por medio de sistema integrados de gestión de plagas; y tomando medidas para limitar el impacto de los desastres naturales.

En todos estos campos, la FAO ofrece asistencia técnica y asesoramiento, así como ayuda en la distribución en lugares donde ya desarrolla programas de emergencia.

Gran parte del trabajo supone ampliar los programas a largo plazo existentes de ayuda a la agricultura y reconstruir los medios de vida de la población rural pobre, un 80 por ciento de la cual vive de la agricultura.

La FAO también proporcionará coordinación regional para garantizar una estrategia uniforme en países con estrechos vínculos geográficos y comerciales.

La FAO trabaja conjuntamente con sus socios de la ONU, en especial con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), así como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, y organizaciones regionales y bancos de desarrollo. Las actividades han comenzado o comenzarán en junio en cinco países: Burkina Faso, Mauritania, Haití, Senegal, y Mozambique. En forma reciente se han realizado misiones de evaluación a Camboya, Côte d Ivoire y Filipinas.

La FAO también contribuye al Marco Integral de Acción, creado por el Grupo de Trabajo de Alto Nivel de la Secretaría General de la ONU para la Crisis Mundial de la Seguridad Alimentaria, en colaboración con otros organismos de la ONU y las instituciones de Bretton Woods.



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